fútbol
El Celta rompe una mala racha que duraba una década: Iago Aspas pone en pie Balaídos
CELTA 2-1 ALAVÉS
El capitán marca el gol de la victoria ante el Deportivo Alavés, primer triunfo del equipo gallego como local en su debut liguero en los últimos diez años
Iago Aspas celebrando el gol ante el Alavés
El Celta de Vigo llegaba a la cita con una mala racha, no ganaba en la primera jornada de Liga en casa desde hace una década. Pero las rachas están para romperlas. Abanca Balaídos era una auténtica caldera, pese a no llenar las 24. ... 870 localidades el ambiente que se respiraba estaba a la altura de dos históricos de Primera división. Rodrigo Corrales hizo el saque de honor, el gallego se colgó el bronce con la selección española de balonmano en los Juegos de París.
En el inicio del partido, los gallegos salieron con las ideas claras, mantener la posesión y buscar con velocidad las contras. Mientras, los vitorianos tenían otro plan: presionar muy arriba y esperar cualquier fallo del rival. Los cinco primeros minutos fueron un estudio entre ambos conjuntos con mucha posesión, aunque con muy poco fútbol. Pero en el minuto 6 llegó la primera polémica, Iago Aspas pedía una falta al borde del área, el árbitro no se la concedió y al levantarse en un acto de impotencia el gallego golpeaba con su brazo izquierdo a Antonio Blanco, que se tiró al suelo dolorido y retorciéndose de dolor. El colegiado, Alejandro Quintero González, que debutaba en Primera división, le sacaba al delantero una roja directa por agresión, pero el VAR revisó la jugada y el oscense se iba al monitor para mirar la jugada. Finalmente rectificó y le cambió la tarjeta roja por una amarilla. El capitán del Celta se quedaba en el campo ante la indignación y las protestas de los futbolistas del Alavés.
En el minuto 17 llegaba el gol de la cabeza de Kike García, que se rencontraba con el tanto tras siete meses de sequía. El gol surgió en el momento más tenso del partido, con un excelente centro de Antonio Blanco con su pierna derecha que fue teledirigido hacía el ariete vitoriano que terminó en el fondo de la red, para alegría de los 300 albiazules que se habían desplazado hasta Vigo. Desde el gol anotado en contra, los olívicos dieron un paso más y se hicieron amos y señores del balón ante un Deportivo Alavés que seguía muy bien plantado, Fran Beltrán tuvo la primera del Celta, desbordó, regateó y chutó desde la frontal del área pero sin mucho éxito.
Llegados los 30 minutos, el encuentro se paró por la pausa de hidratación y Luis Gracía Plaza aprovechó para dar instrucciones a sus jugadores con mucha efusividad y les pedía que siguieran presionando arriba. Mientras que en el Celta de Vigo saltaron tres jugadores a calentar, recordemos que esta temporada ya pueden calentar hasta cinco suplentes y no necesariamente los tres que se exigían en años anteriores. Iago Aspas no paraba de quejarse de todas las faltas que estaba recibiendo, tanto Tenaglia como Abqar estaban secando la pólvora del Principe das Bateas, quién a sus 37 años ha marcado 155 goles y ha repartido 65 asistencias en primera división en 11 temporadas con dos equipo (Celta, Sevilla).
Pero en el minuto 42 llego el gol precisamente de Iago Aspas, quién minutos antes estuvo a punto de ser expulsado. Los vigueses iniciaron una juagada con transiciones muy rápidas, que salieron de las botas de Bamba, el centrocampista la puso con la zurda en los pies de Douvikas, quién descargó el esférico al capitán para que la pusiera en el fondo de las mallas con un fuerte disparo muy ajustado a la cruceta derecha. Pero el VAR advirtió a Alejandro Quintero de que la posición del delantero griego era antirreglamentaria y estaba por milímetros adelantado al defensor vitoriano. Por lo que el tanto no subió al marcador y el marcador continuaba 0-1 a favor del conjunto vasco. El Celta había recibido una de cal y una de arena con el VAR. Tan solo unos minutos después se añadieron ocho minutos de descuento en Balaídos que se convirtió en una sinfonía de silbidos, Bamba recibió un balón muy cerquita del área y la jugada prometía peligro, pero el colegiado pitó mano en el control del centrocampista ante el enfado de todos los aficionados vigueses.
El celta saltó al terreno de juego con la intención de darle la vuelta al partido y Claudio Giráldez realizó hasta tres sustituciones. Salieron Starfelt, Manquillo y Bamba, en su lugar entraron Javi Rodríguez, Jaílson y Swedberg. Parece que los cambios le empezaron a hacer efecto y en el minuto 52, Iago Aspas vio a la perfección el desmarque de Douvikas que disparó sin pensárselo con su pierna derecha, pero lo que no esperaba fue la rápida acción de Abqar, el defensa vitoriano se tiró al suelo para evitar que el balón fuera en dirección a la potería de Antonio Sivera. El juez de línea levantó el banderín y pitó fuera de juego del gallego. El partido empezaba a tomar un ritmo vertiginoso, primero la tuvo Carlos Vicente en un mano a mano que se estrelló con la interevnción de Iván Villar, el guardameta jugó titular ante la lesión de Vicente Guaita por una tendinopatía en el hombro derecho.
Pese a que las ocasiones caían de los vitorianos, los futbolistas del Celta seguían comprimiendo velocidad al partido y dicho y hecho, Aspas tuvo una ocasión clarísima tras ganarle la partida al defensor, Tenaglia. Acto seguido Mingueza chutó una falta en la frontal del área que se acabó envenenando y terminó en las manos de Antonio Sivera, quién tuvo dificultades para hacerse con el esférico. Precisamente Mingueza entró como titular a última hora cuando el la lateral izquierdo, Ristic se lesionó en el calentamiento. El Celta quería más y quien la sigue la consigue, en el minuto 66 se caía Balaídos ante el tanto de Swedberg, el sueco ponía el empate a uno en el marcador tras recibir un rechace en un mal despeje de la defensa vitoriana. El delantero no se lo pensó y aprovechó el pequeño hueco que tenía para disparar con el exterior de su pierna derecha y ponerla en la escuadra izquierda.
El vendaval celeste era continuo, las ocasiones no cesaban pero no llegaban a materializarlas ante las buenas intervenciones de Antonio Sivera. En el minuto 77 llegó la segunda pauta de hidratación para respiro de los vitorianos, que habían comenzado de malas maneras la segunda mitad. Con la reanudación el Celta quería ganar el partido y pudo toda la carne en el asador, entró al terreno de juego Borja Iglesias ante toda la ovación de los aficionados, el panda regresaba siete años después. Pero lo cierto es que este parón sirvió para que los vitorianos se reactivasen en el encuentro. Hugo Novoa tuvo una ocasión de oro, el español debutaba en primera división y casi marca de escuela ante la asistencia de Carlos Vicente. En la jugada siguiente Stoichkov que acababa de entrar al terreno de juego tuvo un mano a mano con Iván Villar, pero el guardameta tapó bien se quedó con el balón en las manos. Y cuando todo hacía indicar que los vitorianos estaban teniendo las mejores ocasiones, llegó el de siempre, el capitán, el príncipe de las bateas, Iago Aspas daba la victoria momentánea al Celta tras poner el segundo en el marcador gracias a un disparo con la zurda dentro del área en la que nada podía hacer Iván Villar. El delantero aprovechó la gran asistencia de Swedberg, el sueco había entrado al partido de la mejor manera posible, un gol y una asistencia. El tanto llegó en el minuto 84, a escasos minutos de finalizar el partido, el Deportivo Alavés se vio con el agua en el cuello y no le quedó otra que adelantar las líneas para buscar el empate. Los vigueses intentaron aprovechar esta situación para buscar el gol a la contra y sellar el partido. El árbitro añadió siete minutos, pero en el descuento no hubo mucho fútbol, Abqar vio la segunda tarjeta amarilla del Alavés. Como era de esperar la última juagada fue de los vitorianos, que ni siquiera se puede considerar una ocasión, ya que el disparó se marchó muy desviado. Con el pitido final, el Celta certifica la primera victoria de la temporada y rompe una racha que duraba una década.
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