FÚTBOL
El balón vuelve a rodar en Gaza después de la guerra
La Franja acoge su primer torneo de fútbol para amputados tras el alto el fuego de octubre que daba una tregua a los dos años de conflicto bélico entre Israel y Hamás
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RIZEK ABDEL JAWAD
Deir al Balah (Franja de Gaza)
En un pequeño campo de césped artificial en el corazón de Deir al Balah, en el centro de la franja de Gaza, Hasan al Sayyed, de 35 años, inicia sus ejercicios de calentamiento. Hay que estar preparado para evitar lesiones y rendir al máximo. ... Al Sayyed va a participar en el primer torneo de fútbol para amputados celebrado en Gaza desde el ansiado alto el fuego decretado el pasado 10 de octubre tras más de dos años de guerra. A pesar de esta tregua, los ataques violentos han permanecido todo este tiempo en el enclave palestino.
Al Sayyed perdió la pierna derecha cuando un bombardeo israelí alcanzó su casa familiar. En aquel ataque murieron su mujer y sus tres hijos, arrebatándole a la vez a sus seres queridos y su pasión de toda la vida: el fútbol. «A pesar de todo el sufrimiento —la guerra, el hambre, la pérdida, la tristeza, la muerte— decidimos organizar este campeonato para demostrar que aún queda esperanza en esta ciudad destrozada», asegura, con el cansancio reflejado en el rostro.
Antes de la guerra, recuerda, jugaba en un club local como aficionado. «Los bombardeos israelíes me quitaron la posibilidad de seguir con mi vida en el campo», lamenta.
Minutos antes del inicio del partido, ajusta la muleta que hará de pierna derecha durante el juego. «Ojalá mis hijos y mi esposa estuvieran aquí animándome», dice con la voz quebrada. «Los echo a todos de menos. Echo de menos mi pierna. Echo de menos correr como antes». Pero insiste en lanzar un mensaje: «Nada es imposible. Incluso después de la guerra, podemos seguir viviendo«.
A pocos metros, sentado en una silla de ruedas, observa el encuentro Abdalá Hammada, de 15 años. Cada ataque de su equipo le arranca un gesto de emoción. «Antes de la guerra jugaba en campos como este y escuchaba a la gente animarme», cuenta. «Hoy solo vengo a mirar, porque perdí mi pierna en un bombardeo israelí».
El adolescente perdió la pierna derecha cuando una explosión alcanzó las inmediaciones de su casa en la calle Al Jala, también en Deir al Balah. «Vine para distraerme un poco, para sentir algo de la emoción que tenía cuando jugaba», explica mientras se emociona. Aún espera recibir una prótesis que, espera, le permita volver al deporte que ama. Para Alayan Abu Sabra, de 40 años, el fútbol para amputados no es una novedad. Lleva jugando desde que perdió la pierna izquierda en el conflicto de 2012 entre Hamás e Israel. «Este campeonato devuelve la esperanza a los amputados», afirma, convencido de que marca el inicio de una tímida recuperación de la vida deportiva para las personas con discapacidad. Celebra también el fin de los combates: «Es maravilloso que la guerra haya terminado y que la muerte se haya detenido. Ahora nos toca devolver la vida a nosotros mismos y a nuestra ciudad. Debemos aferrarnos a la esperanza».
Shadi Abu Armanah, entrenador y uno de los organizadores, explica que el torneo reúne a unos 50 jugadores adultos y a unos 15 jóvenes —entre ellos niños y niñas— que también participan.
El campeonato se llama Torneo de la Esperanza y pretende reactivar el espíritu deportivo en Gaza tras dos años de guerra. «Es un paso hacia la reconstrucción gradual de la vida atlética en Gaza en general, y de los jugadores amputados en particular», señala.
Miles de amputados
La guerra ha dejado miles de heridos con amputaciones en un sistema sanitario colapsado. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, 6.000 personas registradas con amputaciones necesitan rehabilitación urgente y a largo plazo. Un 25% son niños y un 12,7% mujeres.
La carencia de recursos médicos y de prótesis incrementa el sufrimiento de los heridos, mientras las autoridades subrayan la necesidad de programas de rehabilitación física, psicológica y social, especialmente para menores que afrontan discapacidades permanentes desde muy temprana edad. Ghareeb Abu Ghalioun, presidente de la Asociación Palestina de Atletas Amputados, asegura que celebrar el primer torneo de fútbol para amputados tras la guerra es un símbolo de resistencia: «Este campeonato envía un mensaje al mundo de que los palestinos pueden levantarse desde los escombros y las ruinas». Y añade: «Es una forma de recordar que el pueblo palestino ama la vida y la paz, y rechaza la guerra y la violencia».
La guerra y el bloqueo impidieron que los deportistas amputados de Gaza participaran en las eliminatorias del Mundial de Fútbol para Amputados celebradas en Indonesia, un objetivo que esperan recuperar algún día.
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