fútbol / mundial de clubes
Le pegan un botellazo a un aficionado del Barça y acaba poniéndose la camiseta del Madrid
grupo h
El seguidor azulgrana tuvo que ocultar su zamarra de Lamine Yamal entre los seguidores blancos durante el partido ante el Pachuca
De la charlotada a la goleada

Se presentó en el estadio Bank of America de Charlotte con ganas de cachondeo, pero no midió bien el alcance de la pretendida y arriesgada broma. Un aficionado asistió al partido Real Madrid-Pachuca, correspondiente al Grupo H del Mundial de Clubes, luciendo la camiseta número 19 de Lamine Yamal, joven estrella del Barcelona.
Acompañado de una chica que vestía la zamarra del Madrid, se adentró en una zona del estadio llena de aficionados blancos y se paseó haciendo gestos 'graciosos' y grabándose a sí mismo con un teléfono móvil. Recibió pitos, abucheos y los energúmenos de turno le lanzaron algunos objetos. Uno de ellos, una botella llena de agua, le impactó en la cabeza.
Que grande este aficionado del Barça, esto es aquello que se dice: Luz entre tanta oscuridad.
— CaçiqueBlaugrana (@CB_505) June 23, 2025
Iluminando entre tanto delincuente madridista.
Visca Barça. pic.twitter.com/NWijwYsMSA
Tras una peligrosa agresión que pudo haberle hecho mucho daño, el seguidor culé se dio media vuelta y subió las escaleras de la grada buscando su localidad.
Un aficionado del Barcelona con la camiseta de Lamine Yamal tratándose de reírse de toda la afición del Real Madrid.
— REAL MADRID FANS 🤍 (@AdriRM33) June 23, 2025
Y todo el estadio pitandole 🤣🤣🤣 pic.twitter.com/TxWKy4fBy6
Después, ya ubicado en su asiento, los aficionados de su alrededor le conminaron a que se quitara o tapara la elástica azulgrana. Le ofrecieron una tradicional camiseta blanca del Real Madrid, pero se negó a ponérsela. Entonces, alguien le lanzó una segunda equipación del club merengue, esta de color gris oscuro.
A fan who wore a Barcelona shirt is offered a grey Real Madrid top #FIFACWC https://t.co/wf7W9HUScH pic.twitter.com/Nn8nfU2RSP
— H (@HQpcrt) June 22, 2025
Esta vez sí accedió, con sonrisa forzada, a ponérsela por encima. Entre el jolgorio de la grada, esa tonalidad gris hizo desaparecer los colores azul y grana que tanto habían chirriado a ojos de la parroquia merengue allí presente.
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