De la charlotada a la goleada

En un Bank of America de césped seco e irregular, y con 35 grados con el sol picando fuerte, el Madrid de Alonso empezó a dar señales de lo que puede ser. Línea defensiva en el centro del campo, presión alta y equipo juntito. Incluso con diez, también intentó no perder estas señas de identidad que quiere grabar a fuego Xabi en sus jugadores.

La expulsión llegó en el 7. Balón al espacio para Rondón, Asencio pierde la marca y cuando intenta recuperarla, y a pesar del control largo venezolano, le agarra con las dos manos por la cintura. Justo la misma acción que le costó el penalti ante el Al-Hilal. Otra vez evitable. E imperdonable.

El Pachuca, que ya había avisado antes de la roja, en una jugada ensayada de córner que Rondón estuvo cerca de llevar a la red, aprovechó el golpe anímico para provocar aún más zozobra con transiciones rápidas. Una de ellas, acabó en una clara doble ocasión en la que Rondón y Kenedy se encontraron al mejor Courtois.

Estaba el Madrid en un 4-3-2, con Tchouaméni de central y Guler de '5', pero aquello no funcionaba. Así que Alonso aprovechó la pausa de hidratación, como si fuera un tiempo muerto, para recolocar por completo al equipo. 4-4-1 con Valverde y Bellingham en el doble pivote, Arda a la derecha, Gonzalo a la izquierda y Vini de '9'. Decisión clave de Xabi, que desde la pizarra sacó petróleo.

En el 34, una descarga del delantero del Castilla dejó una autopista para que Fran García llegara al vértice del área, levantara la cabeza y desde allí viera la llegada de Bellingham. El inglés definió con la izquierda ajustado al palo. 1-0.

El segundo también llevó la impronta del chaval. En el 43, centro de Alexander-Arnold, y de primeras, toquecito de Gonzalo para quitarse de encima su marca y regalarle un mano a mano a Arda. Con la derecha, el turco batía a Moreno, pero las collejas se las llevaba el canterano que, en apenas nueve minutos, se había sacado de la nada dos recursos para salvar el culo de Asencio. Y del Madrid.

Atrás, Courtois seguía parando lo que le llegaba. Disparo seco de Kenedy desde 25 metros con nueva respuesta del belga, y Huijsen, además de corregir y estar sólido en el juego aéreo, se divertía sacando el balón desde atrás como un niño en una piscina de bolas.

Del vestuario, salió el Madrid sin Gonzalo. Con 2-0 y esa línea de cuatro en el centro del campo, Xabi eligió a Brahim para ocupar un espacio que conoce mejor que el niño, pero seguramente Xabi ha hecho mejores cambios. Así que no tardó en reaccionar.

Fueron quince minutos de asedio de un Pachuca que no permitía al Madrid ni oler la pelota. Tampoco tenía ocasiones muy claras, pero sí que mantenía activo a Courtois (diez paradas en total), e inquieto a Alonso. La solución parecía clara. Con Arda y Bellingham ya fundidos, Ceballos y Modric le iban a dar la energía y el buen pie que necesitaba un Madrid fundido. Eso seguía siendo un diez contra once.

Con el utrerano y el croata sobre el verde, el partido viró por completo. Era el Pachuca el que parecía estar con diez, persiguiendo las sombras del Madrid. Como en el 3-0. Valverde remató en el 70 un buen centro de Brahim. La jugada la inició, cómo no, Huijsen. Y la continuó Vini.

Un disparo de Montiel, en el 80, que rebotó en Tchouaméni y acabó en la red, puso sobre la mesa una alita picante. Pero solo una. Pachuca ya está eliminado. De la charlotada a la goleada.