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Xavi impone su cadencia a Kaká

La simetría de los pensadores se plasmó en su primera ocurrencia. Xavi lanzó el balón profundo a Messi y Casillas se interpuso entre su intención y la expectactiva del estadio. Kaká ejecutó el pase con idéntico estilo y Cristiano Ronaldo se ganó la primera bronca ... del estadio enemigo por no estar atento a la recepción. Xavi imaginó el partido como siempre: el esférico a un ritmo supersónico impulsado por su ingenio y madridistas persiguiendo sombras. Algún cortocircuito estropeó su plan. Tal vez él mismo, porque no fue el Xavi de costumbre, al menos en el primer acto. El Camp Nou lamentó con un ¡ooohhhh! estruendoso un pase fácil (m. 12) del cerebro. Seguramente habría que remontarse meses para recordar un error de ese calibre.

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