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Fútbol

Vikingos, nobles, pubs...: los orígenes que dieron nombre a los estadios ingleses

Vacíos por la pandemia del coronavirus, los recintos más antiguos del mundo aglutinan inverosímiles historias entre sus letras

Old Trafford, estadio del Manchester United

Pablo Lodeiro

Un partido de fútbol sin gente no es un partido de fútbol, o al menos parece que le falta el alma. Ahora a los jugadores solo les falta ovacionarse sus propias jugadas, huérfanas desde que la pandemia del coronavirus obligó a vaciar los «coliseos» de todo el mundo. Y si hablamos de estadios, Inglaterra, cuna del fútbol, posee los más antiguos del planeta , solapados en los últimos años por la maquiavélica combinación de megaconstrucciones y grandes compañías, que engendraron nombres como el Tottenham Stadium, el Emirates del Arsenal o el Etihad del City.

Aun así, otros recintos resisten al paso del tiempo, como es el caso del Molineux, casa del Wolverhampton, que lleva el nombre de un comerciante y banquero de origen francés del siglo XVII. Benjamin, que así se llamaba, compró el terreno en 1744 para edificar su mansión. Más tarde la parcela pasaría a manos de la cervecería Northampton, antes de que el club lo comprara por unas 5000 libras en 1923. Porque si algo es más tradicional en Inglaterra que el fútbol, eso es la cerveza. El estadio del Leeds, ahora escenario del «Loco» Bielsa, Elland Road, compartía hace años el nombre del pub de los propietarios del equipo, «The Old Peacock Ground».

Qué decir de Anfield, casa del actual campeón de la Premier, el Liverpool, y que recibe su nombre por una pequeña localidad del sudeste de Irlanda, Annefield. La zona donde actualmente se encuentra el emblemático estadio fue propiedad de John Orrel, dueño de un establecimiento de refrigerios y amigo personal de John Houlding, fundador del seis veces campeón de la máxima competición europea.

Aquí además entra en juego el Everton, vecino y rival del Liverpool, que ocupó Anfield hasta 1892 , año en el que se marchó por una aparente subida de alquiler. Los «toffes» juegan ahora en Goodison Park, apodado «the grate old lady» (la gran vieja dama) por ser el primer recinto del país donde se jugó al fútbol exclusivamente.

Más llamativo es el nombre de Stamford Bridge, estadio del Chelsea, situado en uno de los barrios más exclusivos de la capital y dirigido desde hace años por los millones del empresario ruso Roman Abramovich. Sin embargo, para entender su nombre hay que remontarse al siglo XI, cuando en la isla tres reyes luchaban por una corona que no tenía dueño . Harald de Noruega y Goodwinson de Inglaterra, mientras Guillermo de Normandía observaba, se enfrentaron en una batalla en 1066, en las inmediaciones de un puente cerca de la ciudad de York. Cuenta la leyenda que un «berserker», una unidad de élite de las filas vikingas, se situó sobre la estructura y retuvo a las fuerzas anglosajonas durante horas, hasta que acabó con una hoja clavada en la espalda, porque un soldado inglés cruzó el río sobre un tronco para acabar con aquella heroicidad. Ahora, el césped por el que corretean Kanté, Werner y compañía halaga aquella gesta.

A unos pocos kilómetros de Chelsea habita el West Ham United, parte de la cultura popular gracias a la película «Green Street Hooligans» («I'm forever blowing bubbles»), que jugó hasta 2006 en Boleyn Ground, conocido coloquialmente como Upton Park. El recinto fue construido sobre los cimientos del castillo de Boleyn, donde según la historia popular, vivió Ana Bolena, la segunda esposa de Enrique VIII .

Otro de los equipos más emblemáticos de la isla, el Manchester United, juega en Old Trafford, apodado como «el teatro de los sueños». Esta zona de la ciudad del noroeste recoge su nomenclatura de los Trafford, una familia de nobles de hace siglos , cuyos descendientes llegaron a la fama al luchar en favor de Carlos I en la guerra civil de 1642, entre proparlamentarios y defensores de la corona. También el antiguo estadio del Tottenham, White Hart Lane, debe su nombre a los territorios que crecieron en gran medida bajo la mano de George Beckwith, un oficial del ejército británico que luchó en la guerra de independencia de los Estados Unidos. Dios salve a la reina.

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