El renacimiento de Dembélé en el Barcelona

Nadie imaginaba un cambio tan abismal en un futbolista indolente, en boca de todos por sus actos de indisciplina, su estilo de vida alejado del de un deportista de élite, sus dudosas compañías, sus retrasos diarios o su preferencia por la videoconsola y las pizzas por encima del descanso y la dieta saludable. Y eso sin tener en cuenta su querencia hacia la enfermería, donde ha pasado más tiempo que en el terreno de juego.

Casi 700 días de baja desde que firmó en 2017 por problemas musculares. Con Xavi no se ha vuelto a lesionar . «Yo solo puedo hablar desde el mes de noviembre que estoy en el cargo y está siendo ejemplar, por cómo entrena, su actitud, su compromiso... No sé cómo era anteriormente, pero yo lo veo muy motivado y muy feliz. No me sorprende porque lo veo un gran profesional», explicaba ayer Xavi, auténtico valedor del francés y protagonista de un cambio que no lograron Valverde, Setién ni Koeman.

El punto de inflexión de Dembélé fue ante el Athletic el pasado 27 de febrero. Recibido con abucheos cuando saltó al campo sustituyendo a Ferran, le bastaron 24 minutos para marcar un gol, dar dos asistencias y meterse al público en el bolsillo. A partir de ahí, Dembélé fue el jugador por el que el Barcelona ha pagado 135 millones de euros al Dortmund. El cambio es tan extremo que el Barça ha vuelto a considerar su renovación y se ha reactivado las negociación. Mateu Alemany se reunió el lunes en Marruecos con Moussa Sissoko, su agente.