Nápoles 2 - Barcelona 4
Xavi se confirma en Nápoles
El equipo azulgrana demuestra su mejoría con otra goleada para acceder a los octavos de final de la Liga Europa
Crónica
El Barça de Xavi se enfrentaba a la primera noche sin excusas. Es cierto que la Europa League es esa clase de torneo que da más vergüenza estar que perderlo, pero claro, si estás y te echan a la primera de cambio es patético. ... Yo le tengo un gran aprecio a Xavi, y un gran agradecimiento por los años de su fútbol extraordinario, pero los retos, cuando los aceptas, no puedes hacer ver que no tienen sus riesgos. Que el Barça sea un equipo en construcción, e incluso prometedor, no le exime del -pienso, lo admito- día a día.
Y algo de esto debía pensar Xavi porque en 10 minutos Alba y De Jong marcaron dos golazos . Sobre el primero hay que decir que Adama es una bestia. Es como Pedrito -Pedro Rodríguez para los más jóvenes- pero musculado. Sobre el segundo, por fin a De Jong le salió una genialidad y trazó una preciosa parábola. La tranquilidad, y la tan agradable sensación de amplitud, se desvanecieron en el minuto 20 por un claro penalti de Ter Stegen, por el que incomprensiblemente no fue expulsado. El Barça no perdió su intensidad ofensiva, ni la precisión de su juego al primer toque; ayer además lo chutaba y remataba todo, aunque le costara encontrar los tres palos. Agradable fútbol el que proponía Xavi, vistoso, eléctrico, algo temerario atrás, como siempre, pero con tanta producción delante, y tan meritoria, que los defectos se veían menos. Aunque ahí estaban, claro, y todo era muy precario cuando el Nápoles se ponía a correr.
El Barça no se deshizo a la media hora, como a veces pasa, no le perdió la cara al partido, no se ausentó, no tuvo un bajón como dicen los adolescentes, y del mismo modo que no pasar la eliminatoria habría sido humillante, jugarle así al Nápoles, que es un buen equipo y que probablemente gane el Scudetto, tenía su relevancia, dejando siempre clara la vergüenza que es para el Barça haber acabado en la Europa League. Yo insisto mucho en esto porque los barcelonistas, y los catalanes, tenemos un serio problema con el azúcar, y cada vez que algo es un poco dulce nos dejamos llevar por una euforia que no guarda proporción con la dimensión real de las cosas y no hay modo de hacer un peor ridículo.
Parecía que poco más se le podía pedir a la primera parte, y no fue poco lo que el Barcelona había ofrecido, manteniendo en todo momento el control del partido, y favoreciendo la esperanza entre sus seguidores de que el efecto Xavi es ya una realidad y que un regreso al nivel futbolístico de Cruyff y Pep vuelve a ser posible , sobre todo si en verano llegan los refuerzos adecuados. Pero además, en el 44, Piqué controló en el área con una pierna, regateó y chutó con la otra para marcar el tercero. Fantástico gol, pero no sólo por su impecable factura sino por la confianza que implica. Estos son los goles que marcan los equipos que confían, que creen en lo que hacen. Te vas al descanso con los deberes hechos y habiendo destruido anímicamente al rival. Muy bien Piqué, muy bien Xavi, muy bien el Barça.
El Nápoles volvió del descanso con ganas, corriendo un poco como un pollo sin cabeza, y el Barça continuó a lo suyo, creando ofensivamente, sin especular pero sin precipitarse, en una relación al fin madura con los tiempos. Adama estuvo a punto de marcar hasta lo que no quería. A este chico, como a Goiko, cuando le descubran los cinco movimientos que tiene, se le apagará su estrella. Pero hasta entonces nos habrá dado bellos espectáculos de fuerza y de pura naturaleza.
El cuarto gol fue un merecido premio al fútbol desplegado por Xavi: Adama asistió, Frenkie de Jong dejó pasar el balón y Aubameyang remató por la escuadra. Gol inteligente, culto, delicado. Gol de equipo que entiende el fútbol y que sabe cómo interpretarlo. Yo reconozco haber dudado de Xavi, y como diría Cruyff, «un palomo no hace verano», pero negar el salto cualitativo que este equipo ha hecho con Xavi son ganas de negar la evidencia.
El Barça se continuó divirtiendo, jugando con el desahogo de los que no sabían por qué no les salía lo que intentaban y de repente encuentran la solución. Como Putin camino de Kiev, los azulgrana no parecían tener oposición. Hacía muchos años que el Barça no jugaba tan bien al fútbol. Gavi, Nico, Dembélé, Luuk de Jong y Puig tuvieron sus minutos, poo importantes.
Noche de confirmación de Xavi, gran fútbol y resultado. Con todos los controles de azúcar que quepa recomendar a los barcelonistas, lo que ayer se vio en Nápoles fue a un equipo muy serio con un fútbol muy convincente, interpretado además por jugadores muy jóvenes e inexpertos, claramente mejorados por su entrenador.
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