Lille o - Sevilla 0
El Sevilla pone el fútbol pero se olvida de la puntería
Los de Lopetegui gozan de ocasiones en la primera mitad y acaban apurados en la segunda ante su falta de definición
Crónica
El Sevilla no consiguió pasar del empate en el norte de Francia pese a que contó con numerosas ocasiones en la primera mitad. Ocampos y Mir rozaron el gol ante un Lille, campeón de la liga gala la pasada campaña, que fue de más a ... menos en el encuentro. Los de Lopetegui pusieron el fútbol y la mordiente pero se olvidaron de lo más importante, el gol . Tras el descanso, algo más imprecisos y con cierto nerviosismo, los visitantes bajaron sus prestaciones. La victoria del Salzburgo unas horas antes ante el Wolfsburgo dio por bueno el punto cosechado, aunque los andaluces deben mejorar si quieren prevalecer.
Ambientazo Pierre-Mauroy de Lille, ciudad fronteriza de norte de Francia, con un equipo que se presentó ante el Sevilla pasional y como campeón galo tras arrebatarle la liga la pasada temporada al PSG. En sus líneas aparecen futbolistas de planta como el turco Burak Yilmaz o el portugués Renato Sanches. Los andaluces, preocupados desde la previa por la áreas debido a las bajas de Jules Koundé en defensa y En-Nesyri en la delantera, intentaron desde el inicio templar el nervio norteño con la posesión. Suso, Ocampos y Torres se movían con fluidez e intercambiaban posiciones. Los locales buscaban plantarse ante Bono en pocos toques y con malas intenciones. Mientras, Rafa Mir, que ya anotó el pasado fin de semana el gol de la victoria en Vigo, tuvo una gran ocasión, despejada por Djalo casi en la línea de gol. Digno de ver era el duelo que protagonizaban Acuña y Sanches, casi de lucha grecorromana y siempre dentro del reglamento, único punto de fricción en el mar de cautela que era el partido, aunque los españoles, poco a poco, hacían saltar los sensores de movimiento del área francesa.
De repente, un tiroteo. Sanches aprovechó un fallo en la salida de balón del Sevilla, se plantó ante Bono y disparó con dureza, aunque la buena colocación del meta marroquí mantuvo la portería a cero. Hubo réplica de Ocampos, que con un gran disparo al palo largo, obligó a Grbic, croata cedido por el Atlético de Madrid, a una gran estirada. Suso, Navas, Ocampos... llegaba bien el Sevilla y a los puntos mandaba, pero como casi todo lo intangible en el fútbol, de poco valía y menos en la Champions, una competición continental en la que los de Lopetegui se muestran algo menos contundentes, lejos de su amada Europa League. Aún así, la superioridad era evidente pese a que no se plasmara sobre el papel antes del descanso.
Bajas pulsaciones
El Sevilla, tras la reanudación, se presentó un poco más impreciso que en la primera parte. Intentaba echarse hacia adelante, cada vez con más hombres, mientras Diego Carlos, con su fina actuación , cortaba las escasas contras rivales. Se lesionó el central Rekik y, ante el favorable escenario, Lopetegui decidió retrasar a Fernando hasta la defensa y sumar a Jordán al centro del campo. Apretaba la afición local porque los suyos no aterrizaban en el partido, que entraba en una zona fantasma, llena de fútbol espectral, ante los aspavientos de Lopetegui, temeroso de un fallo de los suyos o un momento de clarividencia del rival. Bajaban las pulsaciones y los cambios se sucedían, a ver si alguno daba con la tecla de la reanimación.
Lamela, hombre gol en los primeros compases de temporada, salió en busca de la genialidad, porque el partido estaba embarrado y el Sevilla no respondía. El Lille, en cambio, sí dio un paso adelante en los últimos diez minutos , reforzado por la ventaja de jugar en casa. Una posible mano congeló la sangre los sevillistas. Pitos y protestas por doquier, también algunas amarillas. Se elevaba la temperatura del caldero por momentos y el tiempo del balón disminuía, todo un clásico. Alivio y reflexión con el pitido final. El Sevilla debe afinar puntería si quiere prevalecer en esta Champions.
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