La intrahistoria de la foto más esperada en París

En primer lugar, en los planes de Messi no estaba abandonar Barcelona. Su deseo era continuar como azulgrana, pero la precaria situación económica del club les abrió las puertas de salida. Entonces, apareció el PSG , con su amigo Neymar como principal reclamo para su fichaje.

Su llegada no hizo cambiar de opinión al tercero en discordia, pues Mbappé siguió con su idea de salir de París rumbo a Madrid. La operación dio mucho que hablar durante todo el verano, intensificándose en los últimos compases, con el Real Madrid decidido de hacerse con el jugador. La negativa del PSG a vender a su estrella dio al traste con su fichaje y Mbappé continuará, al menos una año más, en la capital francesa.

Sobre el campo, dudas hasta ayer. El juego del PSG, con pleno de victorias en la Ligue 1, no termina de convencer. Además, entre que Messi tardó en debutar y que luego se lesionó, el tridente apenas había coincidido sobre el campo. Y los que coincidían, como son Neymar y Mbappé, no parece que estuvieran especialmente cómodos el uno con el otro.

Durante el último partido de liga, las cámaras de televisión captaron a Mbappé criticando ferozmente a Neymar . «Ese pordiosero no me la pasa», parece decirle, acompañando la frase con un insulto al brasileño. Según el diario L'Equipe, el distanciamiento entre ambos se había hecho más evidente en los últimos tiempos, coincidiendo con lo que periódico llama la «hispanización» del equipo, acrecentada tras la llegada de Messi.

En mitad de este clima convulso, llegó el duelo contra el Manchester City de Guardiola. Tras el decepcionante empate en la primera jornada ante el Brujas, los franceses no podían fallar. Enfrente, uno de los grandes favoritos a hacerse con el título, finalista de la pasada edición. Un partido que el PSG solventó con pegada y un Messi que anotó su primer gol tras una gran asistencia de tacón de Mbappé.

La foto en los vestuarios del tridente abrazado y sonriente entierra de alguna manera los rumores sobre la mala relación entre ellos. La victoria en Champions sirve de bálsamo para un grupo de futbolistas que ansían ganar todos los títulos, pero que están acostumbrados a ser los mejores allá donde han jugado. Una lucha de egos que Pochettino tiene que controlar y de la que, de momento, sale ileso y reforzado tras su triunfo en el Parque de los Príncipes.