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Fútbol

Los incendios que amenazan a Bartomeu en el vestuario

Varios jugadores solicitan una revisión y aumento de ficha, mientras el presidente necesita hacer caja con los descartes para aliviar la economía del club

Bartomeu entre Coutinho y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, durante la presentación de la nueva camiseta EFE

SERGI FONT

Con la temporada recién acabada, con un doblete en el zurrón que sabe a poco tras la decimotercera Champions League del Real Madrid, el Barcelona ya planifica la próxima campaña. Griezmann o Lenglet son nombres que acaparan el mercado estival en clave culé pero que no esconden los incendios que se le han generado al club azulgrana en su vestuario y en los que Josep Maria Bartomeu ya trabaja para sofocarlos. Samuel Umtiti, Sergio Busquets y Jordi Alba son baluartes y piezas imprescindibles del proyecto Valverde. Los tres han alzado la voz reclamando mejoras contractuales que ponen en riesgo la viabilidad de un club atenazado por una masa salarial desbordada. Las contrataciones de cracks como Coutinho y Dembélé , y las renovaciones de Messi, Piqué, Rakitic, Sergi Roberto o Ter Stegen, han elevado el gasto por este concepto a los 588 millones de euros, el 84 por ciento de los ingresos cuando el indicador máximo de seguridad aconsejado por la ECA es del 70 por ciento. Pero es el precio que se debe pagar por tener un equipo campeón y que opte al triplete, aunque el Madrid solo destine 385 millones al mismo concepto (el 55% de sus ingresos) y sume tres Champions consecutivas.

La primera patata caliente que cayó en manos de Bartomeu fue el caso de Samuel Umtiti , al que su buena temporada en el Camp Nou atrajo clubes interesados, como el Manchester United, que están dispuestos a triplicar la ficha de 4 millones que percibe en el Barcelona. Su cláusula de 60 millones , desfasada actualmente, le convierte en un caramelo que genera un serio problema interno al club. Igualar las ofertas que tiene el defensa significaría vulnerar el escalafón salarial y equipararle a jugadores como Rakitic, Alba o Ter Stegen cuando solo lleva dos años en el club.

« Lo que quería es una negociación que ya he podido tener con ellos. He sido muy claro sobre lo que quería», ha explicado recientemente el futbolista, que no ha negado las ofertas de otros clubes. «Estoy en un club que me ha permitido cumplir mi sueño de jugar en él. Así que para que me vaya, o me echan... o soy yo el que decide irse », ha asegurado enigmáticamente Umtiti.

El segundo problema que le ha surgido a Bartomeu es el de Sergio Busquets , que simplemente ha reclamado que se cumpla una promesa que le hicieron cuando renovó en 2016. Entonces firmó hasta 2021 y paso a ganar entre 8 y 12 millones anuales (dependiendo de los objetivos logrados) pero le aseguraron que ascendería de escalón salarial de forma automática en el momento que cualquier nuevo contrato situara a otro jugador en la segunda escala salarial. Coutinho y Dembélé ya cobrarán en este segundo año más dinero que el canterano (entre 14 y 18 millones el brasileño y entre 12 y 16 el francés). El Barça está cerca de llegar a un acuerdo con el centrocampista en el que el aumento salarial será inevitable.

Y el tercer garbanzo en el zapato de Bartomeu es Jordi Alba , cuyo representante reclama una revisión de contrato porque el presidente se lo prometió hace dos años. El lateral, que acaba en 2020 , ha tenido un rendimiento espectacular desde que fue comprado al Valencia hace seis años por 14 millones de euros. Con una ficha de 8 millones, su mejora aumentará considerablemente la masa salarial. « Nos dijeron que no nos preocupáramos, que nos iban a llamar para renovar . Pero seguimos esperando y ya llevamos año y medio así. No entendemos nada , quizás es lo habitual del Barça o igual es que no están contentos con el rendimiento de un futbolista incluido en el once de la FIFA y que es el defensa con más asistencias de gol en el fútbol europeo», ha lamentado recientemente su representante, Vicente Forés.

Las altas y las bajas

Pero no son los únicos frentes abiertos. El presidente tiene que cerrar una plantilla en la que hay excedentes y faltan jugadores de primera línea . A la espera de que solucionen las dudas surgidas con Griezmann, Clément Lenglet se vaticina como la primera incorporación del club azulgrana a partir del 1 de julio. El acuerdo con el sevillista es total pero se presumen complicaciones en las negociaciones con el club, que no está dispuesto a desprenderse de su joven central, lo que abocaría a los catalanes a afrontar una cláusula de rescisión de 35 millones de euros . El Barça tratará de llegar a un acuerdo para poder fraccionar el pago. «No tenemos motivos para pensar que Lenglet se vaya a ir del Sevilla. Las reuniones que hemos tenido son para aumentar su cláusula y renovar», aseguró ayer el presidente hispalense, José Castro.

La llegada de Lenglet será celebrada por Valverde pero generará otro problema en el vestuario culé, que tendrá superávit de centrales. Con Piqué, Umtiti, Lenglet y Vermaelen, Yerry Mina parece ser el damnificado , aunque el colombiano no se da por aludido. «Nosotros luchamos hace tres años por llegar al mejor equipo del mundo, hoy lo estamos. Pensar en salir ahora es una utopía », asegura Yair Mina, tío y representante de Yerry. Bartomeu deberá convencerle de ello.

Generar ingresos es ahora la máxima prioridad de la directiva culé que tratará de obtener ingresos por los jugadores cedidos que no interesan, como Deulofeu, Rafinha, Samper, Munir y Douglas . Y, sobre todo, colocar a los futbolistas que no entran en los planes de Valverde y que suponen un gasto brutal a nivel salarial, como son André Gomes (10 millones anuales), Alcácer (5 millones), Aleix Vidal y Digne (3 millones cada uno).

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