Flick, el técnico inesperado que resucitó al Bayern

Antes que entrenador, Flick fue jugador, aunque no gozó de gran notoriedad: ganó algunos títulos nacionales con el Bayern, perdió la final de Champions de 1987 y colgó las botas cuando tenía 28 años obligado por las lesiones. Más tarde empezó su carrera en algunos banquillos modestos hasta que fue elegido como asistente de Joaquim Löw para el combinado nacional. Muchos analistas le atribuyen algunas de las ideas tácticas que llevaron a Alemania a ser subcampeona de Europa en 2008 y campeona del Mundo en 2014. Relegado entonces a un segundo plano, su gran oportunidad no tardaría en llegar.

En 2019 , tras un lustro en los despachos de la Federación de Fútbol de Alemania, Flick volvió al Bayern, el equipo de su vida, como segundo de Niko Kovac . Allí se reencontró con algunos viejos conocidos de la selección, donde dejó un grato recuerdo por su carácter empático a la vez que competitivo. Por eso, cuando fracasó el proyecto de Kovac, fue el elegido para asumir el testigo de forma temporal. Gracias a los buenos resultados se ganó un contrato hasta el final de temporada, en abril renovó hasta 2023 y, semanas más tarde, se confirmó como unos de los entrenadores más exitosos de la historia del club. Y hablamos nada más y nada menos que del Bayern de Múnich, un coloso europeo como pocos.

En apenas un año en el cargo, Flick ha ganado la Bundesliga, la Copa de Alemania, la Champions, la Supercopa de Europa y la Supercopa de Alemania. Una trayectoria inmaculada que nadie imaginó cuando cogió las riendas de un equipo que daba muestras de agotamiento. Ribéry y Robben, dos leyendas del club, se habían marchado en verano, y otros veteranos como Neuer, Müller o Lewandowski estaban lejos de su mejor nivel. Sin embargo, Flick revitalizó a sus jugadores, les convenció de que eran los mejores y remontó una temporada que parecía condenada al fracaso.

Cogió al equipo cuarto en la Bundesliga y en junio acabó a trece puntos del segundo. En la Champions no solo se hicieron con el título, sino que firmaron una de las mayores goleadas del torneo. El 2-8 al Barcelona es parte de la historia del fútbol, una exhibición de juego ofensivo que aplastó a los azulgranas. Luego levantarían la copa, la sexta de su historia, ante el PSG . «Creíamos en nuestras fortalezas y sabíamos desde el principio que podíamos ganar. Incluso el día de la final, tuvimos un muy buen presentimiento», contaría después Flick. Sus números en la máxima competición continental son para enmarcar: solo ha concedido un empate en 14 partidos, habiendo anotado 48 goles y recibido únicamente nueve . Por el camino se ha goleado a rivales de la entidad del Tottenham, Chelsea o Atlético. Su Bayern es una apisonadora que hoy puede igualar el 'sextete' de Guardiola.

«Queremos tener la pelota. Cuando el rival tiene la posesión, tenemos que estar activos. Creo que eso ha sido obvio a lo largo de los partidos. Y cuando tenemos la posesión, queremos terminar con determinación, no queremos jugar por jugar. Si existe la posibilidad de crear una oportunidad, por supuesto que lo haremos», dijo cuando le preguntaron por su estilo de juego. Una filosofía que le ha llevado a batir numerosos récords con el Bayern, creando un monstruo competitivo que parece difícil de parar. Solo la reciente eliminación en la Copa de Alemania contra el Holstein Kiel , de la segunda división alemana, empaña la brillante trayectoria del equipo.

En estos meses, sus jugadores no solo han destacado su trabajo táctico, también su capacidad para manejar las emociones. En este sentido, el Bayern pasó de ser un equipo sin alma que sufrió su mayor derrota en una década a un equipo bien armado en el que todos sus integrantes forman parte de un plan ganador. «Hizo que todos nos sintiéramos importantes», dijo Philippe Coutinho en su día. Otro peso pesado como Thomas Müller reconoció que tuvo sus dudas al inicio, aunque luego acabó cayendo rendido a las formas de su entrenador.

Aun así, desde el país germano especulan sobre su futuro lejos del banquillo muniqués. Ante la más que probable marcha de Löw como seleccionador , que a punto estuvo de producirse tras la goleada ante España, Flick aparece en las quinielas para coger el testigo de la tetracampeona del mundo. Esta oportunidad, unida a unas presuntas desavenencias con la dirección del Bayern, podría poner punto y final a su etapa como entrenador del conjunto bávaro. Más allá de cuál sea su próximo proyecto, si seguirá o no en el banquillo del Bayern, lo que está claro es que Flick ha hecho historia con el conjunto bávaro. De momento ya ha igualado el triplete de Jupp Heynckes en la 2012/13, y está a noventa minutos de lograr lo que nunca antes se había hecho en el club.