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Mundial femenino

Estados Unidos fabrica campeonas

Las futbolistas americanas ganan su cuarto título al imponerse a una Holanda inferior

José Carlos Carabias

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La ley inexorable de las finales. No se juegan, se ganan. Estados Unidos las gana, al menos en el Mundial femenino. Se han celebrado ocho ediciones del campeonato del mundo y las americanas han conseguido cuatro títulos. Los resultados dicen que su hegemonía es incuestionable. También lo dijo su juego ante Holanda, a la que derrotó en la final de Lyon (2-0). Holanda, como los chicos en el fútbol (tres), también pierde finales.

Las holandesas se marcharon al intermedio en el coqueto Gerland de Lyon con la lengua fuera, obligado el descanso reparador para ellas ya que la primera parte fue un sufrimiento, un muro de contención frente a la gran favorita y triple campeona Estados Unidos.

Juegan muy bien las americanas, el balón rápido y circulación por las bandas, y a ellas se les adivina una fortaleza física que parece clave en su éxito, al menos en lo que concierne a este Mundial. Veloces y más potentes físicamente , el desenlace fue una sucesión de jugadoras del país de las barras y estrellas frente a la portería de las europeas.

Estados Unidos despliega un concepto fundamental que funciona sin duda en el fútbol masculino. Juega por las bandas , busca la penetración en ventaja por los costados, el centro al área, la anticipación o el remate desde el centro. En particular Rapinoe, la chica del pelo rosa, es fantástica en esa faceta. Un extremo sin la características de tal, que pone servicios constantes a la población americana.

Holanda sufrió en la final del Mundial. Y si no empezó a claudicar antes fue por su portera, una excepcional Van Veenedaal, que compensaba la flojera de sus defensas, muy paradas en todas las posiciones. Lentas las laterales y sin vocación para anticipar las centrales.

Las europeas se aplicaron como método de subsistencia al contraataque . Casi era su único tablón salvavidas, un oasis en un páramo de juego. EE.UU. lo ocupó todo, pero no consiguió el gol antes del refrigerio. Y Holanda lo fió a la velocidad de su punta, Miedema, a la que largaban unas veces pases en profundidad y otras, melones imposibles.

En la segunda mitad ya no hubo equidistancia. Estados Unidos acudió a su encuentro con el título como un bisonte al galope, desesperado y feroz. Holanda se defendió como pudo hasta que llegó lo inevitable.

Fue un claro penalti por VAR de la central Van der Gragt a Morgan en el que se expusieron las diferencias entre ambos equipos. al velocidad americana y la falta de destreza de las zagueras holandesas. Patada al bulto y Morgan al suelo. Rapinoe hizo el gol con personalidad. La portera se quedó en el medio y el balón fue muy fuerte a su izquierda.

Ya sin tregua en el marcador, Holanda se abrió y Estados Unidos la cazó a la contra. Más frescas y diestras en la recuperación del balón , Lavelle ganó uno de los duelos, avanzó y largo un puntapié imposible para la estupenda portera holandesa. 2-0 a 22 minutos del final.

Holanda ni siquiera tuvo una oportunidad para el desquite, demasiado peso en contra para remar en unos minutos.

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