LIGA DE CAMPEONES

Sellado con un tono mortecino

El Madrid acaba imponiendo su dominio ante un Apoel bien organizado que se vino abajo en el último tramo de un aburrido choque

Sellado con un tono mortecino EFE

JOSÉ MANUEL CUÉLLAR

Ya avisaban los analistas, esos estudiosos que se ven los partidos del Apoel infantil contra el Apollon Limassol de cadetes. Y el aviso iba más para los espectadores que para el Madrid: los chipriotas suelen contagiar con su ritmo lento y cansino . Buscan ... dormirte para ver si se quedan con el cero a cero, si hay prórrogas y te marcan en un accidente o si llegan a los penaltis, pues esas son sus únicas armas.

El Madrid lo sabía pero no pudo despejar ese sentimiento de «ufff, qué malos son y yo para ganar a estos no corro más de lo preciso» . Es un pensamiento instintivo, pero es de esos que se te pegan a las piernas y al cerebro y no te deja funcionar en condiciones normales. Esa lentitud y esa cachaza acompañó al Apoel quien a la vez se la transmitió al Madrid y entre ambos al público, que bostezaba sin remedio.

Afortunadamente, hubo algunos detalles que mantuvieron la atención: la salida por fin de Sahin y la puesta en escena del tridente atacante , que tan buenos resultados está dando a los blancos. Nuri tuvo excelentes detalles, dejando entrever eso que todos sabemos: que es un futbolista formidable: maneja los tempos, juega bien cubriendo el balón de espalda, distribuye con criterio, es técnico y cubre mucho campo. Incluso se incorpora con peligro. Eso sí, siempre tuvo una marcha menos, como todo el equipo en sí.

Ritmo cansino

Fue ventajoso para el Apoel, que metió nueve hombres por detrás del balón e intentó tapar todas las vías de agua, buscando abortar los bocados, escasos, que dio el Madrid. Los de Mou, dicho está, se lo tomaron con una calma que anunciaba siesta y no jolgorio. Habría necesitado el equipo blanco bandas o incorporaciones de los laterales con cierto peligro . Pero Arbeloa ha tiempo que no está y Coentrao está demasiado, ansioso como se encuentra por enredarse en cortinas de humo sin fin.

Así pues, el Madrid no encontró huecos ni apenas dispuso de ocasiones. Pero no le preocupó, se dejó deslizar con las manos en la nuca y la barriga al sol pensando en que con el 0-0 la eliminatoria estaba resuelta a la vuelta, cuando en el Bernabéu la pagaran todas juntas estos chipriotas asustadizos que no querían guerra .

En el Madrid funcionaron pocas cosas por su falta de ritmo e intensidad. Lo intentaron con una inercia de caballo trotón, sin dar una vuelta de más. Solo Cristiano, al que la sangre le va más rápido que a Dracul, se enervaba con la falta de ritmo del choque . Cogía el balón e iba contra todo y todos, frente al muro chipriota. Todos se movieron, pero en semicírculos centrales y sin costados para hacer sangre en la sólida defensa del Apoel, que otra cosa no tendrá, pero es organizada, disciplinada y muy solidaria en la defensa de su puerta.

No cambiaron grandes cosas en el descanso. El Apoel no se movió ni un ápice y siguió sin pasar del medio campo porque ¿para qué? porque ir para nada... El Madrid fue demasiado previsible, sin grandes pases interiores, sin genialidades, sin que apareciera ninguno de sus magos. Ozil estaba tan blando como el partido, Higuaín perdido en un mar de camisetas amarillas y Benzema buscando sin encontrar huecos . Como siempre, solo Cristiano se rebeló contra el destino. Un tipo peculiar este portugués. Nada le rinde, nunca renuncia, siempre va, con un hambre insaciable, da igual el partido, da igual el rival. Y es que no solo se es grande por lo que se consigue sino por la actitud de querer siempre ganar, siempre.

Mou decidió meter más creatividad en el campo: Marcelo y Kaká , con más juego entre líneas para activar la presión. Le salió bien como siempre que recurres a gente que juega muy bien al fútbol. Kaká encaró dos o tres veces y a la tercera puso un servicio que Benzema apsrovechó con la punta de la calva. Luego, cuesta abajo, Marcelo se desató y Kaká y, otra vez Benzema, cerraron el compromiso sin más historia que el clásico libreto escrito para esta clase de encuentros.

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