Aunque todo el mundo lo tiene en mente, siempre está bien recordar momentos tan especiales. Y España jamás olvidará el minuto 116 del encuentro contra Holanda en la final del Mundial de 2010. En la prórroga, con dos equipos al límite, le cayó la pelota ... a Andrés Iniesta y remató en el nombre de todos. El gol de su vida, el gol de España.
Le asistió Cesc en el balcón del área y el balón le llegó al manchego en una posición inmejorable. Se detuvo el tiempo y le pegó con la derecha mientras Van der Vaart se lanzaba a la desesperada para bloquear el disparo. Llegó tarde y tampoco Stekelenburg pudo hacer nada. Tenía que se gol.
Luego ya llegó la fiesta por las calles, euforia desatada porque España, por fin, ganaba un Mundial El fútbol, un deporte que supone tanto, daba la mayor alegría para un país en crisis. Fue con ese gol de Iniesta.
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