El Barcelona y la inestabilidad como costumbre

Sin aparente explicación, y en un día veraniego, el Barcelona vuelve a explotar , víctima de un entorno que se devora por arte de magia independientemente de las circunstancias. Es la autodestrucción de un club único, muy difícil de comprender, inestabilidad como costumbre que ahora escribe un nuevo capítulo. El entrenador más laureado del Barcelona, el mismo que ganó 14 títulos en cuatro temporadas mágicas, arrasa con la actual directiva y con el presidente, a quien suplica que le deje tranquilo . Sandro Rosell no tiene trato ni con Guardiola ni con Johan Cruyff, dos de los símbolos más representativos del Camp Nou.

Y resulta que ellos son muy buenos amigos que comparten partidas de golf y se sientan en la misma mesa. «Que dejen de utilizar mis amistades o a mi gente para hacerme daño. Si quiero ir a cenar con Johan Cruyff voy a cenar con Johan Cruyff . No debo nada a nadie. Hice mi trabajo lo mejor que supe», recuerda Guardiola desde su resquemor, pues estos días se supo que habían estado juntos y el entorno, palabro que precisamente acunó el gurú holandés, generó todo tipo de chascarrillos.

El Barcelona siempre ha convivido con corrientes enfrentadas, da igual la época. Ya con Luis Suárez y Kubala hubo discusión en la grada y en los tiempos modernos estalló todo a partir del desencuentro entre Josep Lluis Núñez y Cruyff. Marcó la evolución de lo que hoy es la entidad, agrietada en lo social incluso durante la mejor etapa deportiva de su historia.

Con las palabras de Guardiola , se confirma que el técnico y la actual directiva mantenían un trato frío y distante . Quedó patente a partir de unas declaraciones del técnico en las que lamentó que cayera sobre Laporta y su directiva una acción de responsabilidad impulsada por el grupo de Rosell. «Tengo mucho afecto a la anterior junta directiva. Ellos me escogieron y eso lo llevo muy dentro, estoy muy triste por esto». Laporta, aprovechó el revuelo para dedicarle un tuit al preparador : «Se merece todo el agradecimiento».

A Guardiola le molestó que en el día de su despedida se anunciara que Tito Vilanova iba a ser su relevo . Pretendía que ese día asumiera todo el protagonismo, pero Rosell se desmarcó y explicó que habían apostado por Tito para dirigir la nave azulgrana, que era el sustituto ideal ya que conocía perfectamente al equipo después de estar durante todos esos años como segundo.

Ya con la pasada temporada avanzada, Toni Freixa , portavoz de la junta, lanzó un dardo envenenado a Guardiola : «Tito le ha mejorado en todas las facetas, está ganando en todas las comparaciones, incluso en la humana ». Vilanova explicó luego que su relación con Guardiola se había enfriado.