Old Trafford despide a Sir Alex Ferguson

Old Trafford es un oceáno rojo. El público entregado como siempre. O quizás más que nunca porque la ocasión lo merece: es la última vez que Fergie se sienta en el banquillo de la que ha sido su casa durante 26 años. La celebración de la vigésima Premier League queda como una nota al margen, minúscula porque el Manchester United despide al técnico que ha logrado el 62 por ciento de los títulos del club . Cuando Ferguson llegó a Old Trafford el United sumaba 7 Ligas , las mismas que Aston Villa, dos menos que el Everton y solo una más que el Sunderland. Hoy el Manchester United es el primer equipo de Inglaterra, por delante del Liverpool, lleva lustros entre los mejores del continente y ha sido pionero fuera del campo, durante años como el club más rico del planeta. Con Alex Ferguson.

La despedida se esperaba desde hace tiempo -cuestión de edad-, pero nadie se imaginaba que llegaría un día cualquiera, casi por sorpresa después de conquistar el vigésimo título de Liga para el United. Quizás la retirada explique el tremendo enfado de Ferguson al caer en la Champions League con el Real Madrid , con la final de Wembley en el horizonte. El técnico escocés s e despidió con derrota en la máxima competición europea , pero sale por la puerta grande en casa, con la conquista por aplastamiento de la Premier League. La entrada al césped de Ferguson, homenajeado con un pasillo formado por los futbolistas de ambos equipos y los colegiados, marca el inicio de una tarde inolvidable.

Rooney, castigado en la grada

El partido contra el Swansea de Michael Laudrup es el penúltimo capítulo de Fergie, la despedida para siempre de Old Trafford. Lógico entonces ver en el once a otro mito como Paul Scholes , otro a minutos de la jubilación, un escudero tan leal como Ryan Giggs , también titular. El caso Rooney es otra cosa, ceja levantada en el aficionado del United porque el delantero ha visto el último partido de Ferguson en Old Trafford desde la grada, castigado por su deseo de abandonar el barco. Sir Alex será Ferguson hasta el final.

El choque contra el Swansea, intrascendente el resultado, se desarrolla con un guión que casi se atrevería a recitar cualquier habitual de Old Trafford: se adelanta el United, empatan los visitantes -gol de Michu- y en los minutos finales, en el «Fergie Time» , llega la sentencia con el tanto de Ferdinand. El United le brinda la victoria más emotiva a su entrenador en su último partido en Old Trafford.

Ferguson, el jefe, toma el micrófono después del pitido final, silencio entre el público y los jugadores, que asisten a una imagen para la historia. «No tengo ningún guion en mente. Solo voy a decir algunas cosas... para todos vosotros, que habéis sido la experiencia más fantástica de toda mi vida », inicia el discurso Ferguson. El técnico escocés fue un día el sargento de Govan , el tipo que tiró una bota a Beckham, el hombre de las broncas en el vestuario y ante las cámaras, el entrenador que despreció al Real Madrid. Nada, sin embargo, consigue eclipsar la figura de un mito en el banquillo, quizás el mejor entrenador de la historia no solo del fútbol, sino del mundo del deporte en general.

Mensaje a Moyes y Scholes

«En los peores tiempos el club permaneció junto a mí... ahora vuestra tarea es permanecer al lado de nuestro nuevo entrenador », arenga Ferguson a la hinchada, un mensaje de bienvenida para su compatriota David Moyes, el hombre con la papeleta más difícil del mundo , el tipo al que todos compararán con Ferguson, de ahí el mensaje de confianza desde el primer minuto -con el visto bueno de Sir Alex- de ofrecerle un contrato de seis años. Nada es casual bajo la sombra de Fergie.

«Deseo a todos los jugadores lo mejor para su futuro, nunca os vengáis abajo. Gracias por todo», ha explicado conteniendo la emoción Ferguson. Mensaje especial, muy especial, para Paul Scholes, despedido con una ovación tremenda por la grada. «Quiero rendir homenaje a Paul Scholes. Es uno de los jugadores más grandes que ha tenido y que tendrá nunca este club », sentencia Sir Alex. «Ha sido una experiencia increíble», resume. La vida en Old Trafford no será igual sin Ferguson.