LIGA DE CAMPEONES
Madrid y Barça, contra los temibles alemanes
El Borussia y el Bayern comparten bombo con los españoles en la lucha por la Champions más disputada (12.00)
JOSÉ MANUEL CUÉLLAR
Se han quedado unas semifinales de lujo para la Champions League. Han llegado cuatro equipos que han demostrado, sin duda, ser los más fuertes del continente y, sobre todo, se da una circunstancia curiosa muy a tener en cuenta para estos próximos cuatro partidos: lo ... que tiene un equipo no lo tiene otro, lo que posee el otro no lo dispone el de más allá. A todos les falta algo y todos tienen de más en algún caso.
Real Madrid , Barcelona, Bayern de Munich y Borussia Dortmund son los cuatro elegidos para la gloria, y todos están muy pero que muy igualados aunque, según los analistas, el Bayern de Munich llega medio peldaño por encima del resto. Los alemanes de Heynckes han pasado muy sobrados los cuartos. Ganaron a un equipo tremendamente difícil como la Juventus por 2-0 en Alemania mostrando una superioridad clara.
Sin embargo, lo que demostró su peligro fue el encuentro de vuelta pues, lejos de encerrarse, se fueron arriba, con mucha hambre de gloria y con una personalidad enorme para arrinconar a los italianos y volver a ganarles por el mismo resultado dando una sensación de superioridad enorme.
El Bayern ya fue un rival temible la temporada pasada pero esta campaña ha rellenado su fondo de armario y tiene grandísimos jugadores en todas las posiciones. Por ejemplo, su ariete titular, Mario Mandzukic, no podrá jugar el primer partido al estar sancionado. Pues detrás tienen a Mario Gómez y a Pizarro, a cual más temible.
Pero no es solo eso, en cada línea tiene jugadores que en sus demarcaciones son de los mejores del mundo: Neuer, el portero; Lahm en defensa, Schwensteiger (el centrocampista que debería fichar Florentino), y Robben, Muller (ojo con este) y Ribery en la segunda línea de ataque. Terrible. Hoy por hoy pasa por ser, con el Madrid, como el máximo favorito del torneo.
El otro alemán es temible. El Borussia Dortmund aúna un bloque colectivo, armónico y feroz con una serie de individualidades de mucho talento. Tiene menos nombre que los otros tres pero, por ejemplo, al Madrid le pegó un repaso aquí y allí en la fase de grupos, si bien era otro Madrid, más flojo que el de ahora.
Lo más peligroso del equipo de Klopp es que es muy colectivo en su presión, que es ambiciosa, coordinada y, además, físicamente muy fuerte. Además, posee jugadores de gran talento como Hummels en defensa (lo fichará el Barça la próxima temporada), Lewandowski como ariete (nueva adquisición para el Bayern en la siguiente campaña) y dos descomunales talentos como Reus y Gotze (otro que debería fichar Florentino porque, además, es más blanco que Bernabéu y está como loco por jugar en el Real).
Estos dos están muy bien y son muy peligrosos, pero tienen un handicap: no tienen ni a Messi ni a Cristiano, y estos dos son palabras mayores. De cualquier forma, y aunque parezca mentira, el Barcelona está hoy por hoy, medio escalón por debajo de los otros tres. Esto, que parece una locura, tiene su porqué: el equipo está mal físicamente, apagado, sin chispa y con muchos de sus puntales agarrados con pinzas, sobre todo Messi, que llegará a semifinales, pero con apuros.
Y otro problema: la zaga. Puyol, Mascherano y Adriano están lesionados. Piqué, Jordi Alba y Song, apercibidos de sanción, por lo que atrás tienen un agujero. Xavi lleva toda la temporada entre algodones y, en general, todo el equipo tiene una marcha menos de lo que se le ha visto otros años.
El Madrid más hambriento
Y queda el Madrid, que en este tipo de circunstancias es doblemente peligroso. No solo tiene hambre de Champions, sino que posee los elementos necesarios para conseguirlo.
Llega con el mejor Cristiano posible, enchufado e imparable para cualquier defensa, con Ozil en gran forma y sin lesionados ni sancionados. Los jugadores han hecho piña para conseguir la Décima y si solucionan pequeños problemas de engranaje en las bandas defensivas será un enemigo de cuidado, tan favorito como el que más.
Los blancos, no obstante, tienen un pero: su facilidad para venirse abajo en los segundos tiempos, asunto que deber remediar cuanto antes.
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