Gran Premio de España, Gran Premio de Cataluña

En la presentación del GP de Madrid, y en la línea de lo acordado con Montmeló, el presidente y consejero delegado de la Fórmula 1, Stefano Domenicali dijo ayer que «para evitar dudas, el hecho de que estemos en Madrid no excluye el hecho de que podamos quedarnos en Barcelona en el futuro. Hay conversaciones para ver si realmente podemos ampliar nuestra colaboración con Barcelona, con quien tenemos una muy buena relación«.

Además de lo insólito que sería que un solo país acogiera dos Grandes Premios, una de las primeras dudas sería cómo pasaría a llamarse la carrera de Montmeló. Si Madrid se queda con el nombre de Gran Premio de España, tal vez Montmeló, dirigido en su máxima instancia por una Generalitat gobernada por Esquerra Republicana, adopte el nombre de Gran Premio de Cataluña, creando una situación de victoria simbólica para los independentistas.

Otra diferencia sustancial entre ambos circuitos es que frente al modelo exclusivamente privado de Madrid - «ni un euro público», ha asegurado la presidenta Isabel Díaz Ayuso-, la Generalitat de Cataluña defiende la idea que una iniciativa tan costosa como la de construir un circuito estable tiene sentido para una administración pública, por los múltiples retornos indirectos. Pero, sostiene la Generalitat, con 33 años de experiencia acogiendo el Gran Premio, de ninguna manera puede resultar rentable para un inversor privado, porque no genera un retorno en ingresos directos que permita amortizar una inversión de semejante naturaleza. Aunque Ifema, como Fira de Barcelona, son entidades privadas, cuentan con el apoyo de grandes subvenciones públicas. Concretamente Ifema recibe muy notables ayudas de la Comunidad de Madrid.