Qatar sofocante para Alonso: un asiento abrasador y una salida de pista

Como todo iba a ser antinatural, el gran premio empieza con una estampida de riesgo incontrolado por parte de Lewis Hamilton. El británico se creció con la velocidad que se anunciaba de su Mercedes y rozó a su compañero George Russell en la primera curva.

Exceso de fogosidad por parte de Hamilton, muy optimista en su intento de pasar a Verstappen y Russell, tres coches emparejados en la curva y sin posibilidad de éxito para el trío. Hamilton perdió una rueda y se despidió antes de tiempo, también comprometió a su compañero de equipo, a quien obligó a una remontada. «Lo siento por el equipo y por George, ha sido culpa mía», se excusó el inglés.

Desde su casa en Inglaterra, mientras se recupera de una operación de rodilla, el CEO de Mercedes, Toto Wolff, trataba de poner paz. «Vamos a correr y a centrarnos», le decía a Russell.

No estaba en pista Sainz por un problema irresoluble en el conducto de la gasolina del Ferrari. La dirección de carrera exigió a los equipos que solo aguantasen 18 vueltas con los neumáticos, tal era el desgaste y las duras condiciones por las altas temperaturas..

Esa sensación de agobio se plasmó por primera vez en las palabras de Fernando Alonso, que peleaba un podio que al final se volvió imposible por la velocidad de los McLaren (Piastri y Norris). «El asiento quema. ¿Me podéis tirar agua en el pit stop?», pidió el español.

El ambiente sofocante evidenció el peligro cuando el piloto de Williams Logan Sargeant dijo encontrarse en malas condiciones físicas y pidió retirarse, no por problemas del bólido sino por su propia integridad. Esteban Ocon, otra señal de la dureza del día, confesó a su ingeniero que había vomitado en la vuelta 15.

Signos de deshidratación que también se advirtieron en la parada de Russell, quien se levantó la visera mientras entraba en la calle de garajes en busca de un poco de aire fresco, por decir algo en el desierto de la Península Arábiga.

Alonso se quedó sin opción de luchar por el podio, imposible ante los McLaren, Verstappen y en última instancia también Russell, y más después de cometer uno de sus pocos errores en toda la temporada, una salida de pista que no acabó en abandono por la pericia del ovetense. Volvió al asfalto en busca de la sexta posición.

McLaren se exhibió en el garaje. Dos paradas espectaculares, prodigio de rapidez: dos segundos al cambiar las ruedas de Piastri, y 1,8 segundos en la de Norris. Casi inconcebible tal vértigo en la sincronización de esfuerzos para sustituir cuatro ruedas.

En una cita a tres paradas mínimo y con un calor tan sofocante que generó preocupación equipos por la integridad de los pilotos, la salida de pista de Alonso lo derivó hacia una situación inamovible: sexto.

Mientras Verstappen ganaba con una mano, 'Checo' Pérez vivía la cruz de la comparación. Recibió dos sanciones de cinco segundos por saltarse los límites de pista y casi se queda fuera de los puntos, novena posición.

«Ha sido la carrera más dura de mi vida», decía Oscar Piastri, el novato de McLaren que logró el segundo puesto. «Ha sido estresante, muy, muy caluroso, estoy muy cansado, pero muy satisfecho por el equipo», resumió su compañero Norris.