El plan de Alonso se desmorona: líos y retiradas en Alpine

La cara de Michael Clayton, el responsable de comunicación de Alpine, en el paseíllo de Alonso por el corralito de las televisiones con derechos en el circuito de Marina Bay, lo decía todo. Semblante adusto, de tierra trágame, al escuchar en distintos idiomas y formatos el mensaje que el español quería enviar tras su abandono. «Es inaceptable», decía Alonso al referirse a una suma de 60 puntos que él calcula se ha dejado por el camino en distintos errores del muro de Alpine o averías en el coche francés a lo largo de la presente temporada. Vuelven los tiempos duros para el asturiano, que el año próximo correrá en Aston Martin, equipo clasificado séptimo de diez en el Mundial de marcas.

La solvencia del motor Renault en este curso es cuestionable, sin duda. En la segunda carrera, Arabia Saudí, el propulsor francés se rompió y no pudo ser recuperado para otras citas. Alonso era sexto. En Australia el español luchaba por la primera línea en la clasificación del sábado y el fallo del motor lo alejó a la décima posición. En Italia una avería en el carenado lo condenó a segunda retirada del año en cuatro carreras.

Después de una penalización en Miami por saltarse una curva (undécimo), vino la mejor racha del ovetense, diez grandes premios consecutivos en los puntos: España, Mónaco, Azerbaiyán, Canadá, Gran Bretaña, Austria, Francia, Hungría, Bélgica y Países Bajos. Dos abandonos consecutivos, problema con la presión del agua en Monza y motor al traste en Singapur, han cristalizado en ese enfado monumental del español. «Estoy muy disgustado», admitió. El otro coche francés, a los mandos de Esteban Ocon, también se retiró en Marina Bay.

A mitad de año hubo una separación que tal vez pueda explicar algunas cosas. El 1 de agosto Aston Martin hizo oficial el fichaje de Alonso para las próximas dos campañas con opción a una tercera, y Alpine se vio envuelto en una ridícula situación con Oscar Piastri, al que anunció como sustituto y luego amenazó al enterarse de que se había comprometido con McLaren. Desde ese momento, los elogios han cesado en el seno del equipo. De Alonso hacia sus dirigentes y de la escudería hacia las virtudes del piloto español. Lo que antes eran encendidas muestras de afecto o reconocimiento profesional («Está hambriento de éxitos», «es uno de los grandes», decía el CEO de Alpine Laurent Rossi) son ahora huecos de silencio o cumplidos por obligación.

Después del doble cero de los franceses en Singapur, la respuesta oficial de sus dirigentes ha sido diplomática. «Parece que hemos sufrido un contratiempo similar en la unidad de potencia de ambos coches, que investigaremos en detalle», comentó Otmar Szafnauer, el director la escudería. «Es importante que identifiquemos la causa de lo que ha ocurrido y que pongamos en marcha medidas preventivas para evitar que se repita».

Son todo malas noticias para Alpine, porque su máximo rival por la cuarta plaza del Mundial de constructores y aspirante a llevarse más dinero en el reparto de los derechos televisivos, McLaren, resucitó en Singapur con Norris (cuarto) y Ricciardo (quinto).

Alpine ni siquiera ha logrado esos resultados de McLaren como tope de gama en este curso. El gran premio con mejor puntuación para la escudería gala fue Bélgica, con Alonso quinto y Ocon séptimo. Ninguno ha rozado el podio este año.