Mónaco deja muy buenas sensaciones para los españoles

La primera fotografía da esperanzas para un fin de semana gratificante. Red Bull, el gran dominador de la temporada con cinco victorias, tuvo problemas en el arranque, aunque se recuperó unas horas después.

Los libres 1 en el célebre puerto de los yates exponen un dominio de dos equipos, Ferrari y Aston Martin, con los neumáticos duros y medios. Cuestión crucial esta porque ninguno de los jerarcas de la F1 probó en esta sesión las ruedas rojas (las más rápidas, que serán decisivas en la clasificación del sábado y la carrera del domingo).

Y la sesión empezó con cierto suspense porque Carlos Sainz tocó una de las vallas con su Ferrari número 55. Nada importante porque el asunto se quedó en un raspón.

Al vuelo se detectó que tanto los Ferrari (también Leclerc) como los Aston Martin (en menor medida, Lance Stroll) conseguían hacer buenos tiempos con facilidad. Cada vuelta de Alonso lo colocaba entre los tres o cuatro primeros de la clasificación.

Se suele decir que los viernes valen de poco en la F1, salvo cuando un equipo consigue registros potentes y se encarama a las primeras posiciones. La talla del Aston Martin en este circuito era un pronóstico previsible, ya que el coche británico se comporta mejor en circuitos lentos, de curvas muy lentas donde hace valer su tracción en los giros. Alonso se quedó a solo 20 centésimas del mejor tiempo de Sainz (1:13:372).

Los Red Bull comunicaron problemas en esta sesión inicial de ensayos. «El coche bota, van mal las ruedas traseras», indicó Max Verstappen, el líder del Mundial. Red Bull puede ser más vulnerable en Mónaco que en circuitos de alta velocidad.

En la hora vespertina de entrenamientos, los dos españoles estuvieron luchando durante muchos minutos por el mejor tiempo. Una locura que resultaba difícil de imaginar en cualquier circunstancia, pero que se dio en el circuito monegasco.

Para entonces Verstappen ya había restablecido el orden: mejor tiempo (1:12:462) olvidados o solucionados los problemas de la tanda inicial. Los Red Bull del DRS supersónico también corren en las curvas lentas del Mónaco.

En esa secuencia de flujo positivo, a Carlos Sainz se le torció un poco la tarde con un accidente en la zona de la piscina, parte baja del trazado. Tocó una valla, la misma que había saboreado por milímetros durante la mañana y rompió la suspensión delantera derecha.

Acabó incrustado contra en las protecciones, generó una bandera roja y tuvo que regresar a pie y cabizbajo al garaje de Ferrari. Nada que no pueda revertir este sábado en la clasificación porque el Ferrari funciona en las calles de Mónaco.