fórmula 1
Fernando Alonso vuelve a verse con el peor coche
Aston Martin lo fía todo a Adrian Newey y al cambio de reglamento de 2026, y deja de progresar en el bólido de este año
Alonso: «Estamos en una espiral de la que es difícil salir»
Alonso, subiendo al Aston Martin
En menos de dos años Fernando Alonso ha pasado de agitar a las nuevas generaciones con la visión futurista de la victoria 33 a transmitir que conduce de nuevo el peor coche. En 24 meses se han quebrado las mejores expectativas de impulsar de ... nuevo la Fórmula 1 al cielo. Otra vez la decepción se abre paso al hilo de los resultados del asturiano. ¿Cómo es posible que un monoplaza que logró ocho podios en 2023 con Alonso acabe el último en el GP de Japón con Lance Stroll? «No tiene sentido evolucionar el coche de 2025 en el cuarto año de reglamento técnico, sino buscar lo mejor para 2026 con el nuevo reglamento que cambia todo en los coches», responde Jaime Alguersuari, expiloto español de Fórmula 1.
Alonso vuelve a verse con el bólido más romo de la parrilla, solo peor el Sauber, aunque en realidad durante sus 21 años de trayecto en la F1 solo durante el periodo de McLaren-Honda (2015, 16 y 17) condujo el bólido más lento de todos. En la tercera carrera del Mundial, faltan 21 hasta el lejano diciembre, el asturiano ya da muestras de resignación: «Estamos en una espiral difícil de superar... No estamos para entrar en el top 10 ni incluso en el top 18... El coche se sintió bastante regular... Estar en el puesto 11 es un pequeño milagro». Pueden ser 21 fines de semana de argumentos repetidos.
El origen del deficiente rendimiento del Aston Martin hay que buscarlo en el fichaje de Dan Fallows hace dos años. Fallows era la mano derecha de Adrian Newey, el mago de la aerodinámica que moldeó en Red Bull el bólido imparable que ha convertido en campeón a Verstappen durante cuatro años seguidos (de 2021 a 2024).
Según la versión de la mayoría de equipos, expresada en palabras del jefe de Red Bull Chris Horner en 2023, «es halagador ver el parecido del Aston Martin con nuestro coche, dicen que la imitación es la forma más grande de adulación».
Si Aston Martin fotocopió las formas del Red Bull, no sería nada nuevo en la F1. En los comentarios de 'paddock', sin voz oficial, todos los protagonistas admiten que los equipos siempre copian al monoplaza de referencia en las evoluciones durante la temporada.
Pasó con el Brawn de 2009 y su doble difusor, y sucedió en 2023 con la mayoría de las escuderías, que corrieron en las fábricas para imitar al Red Bull. Aston Martin había ganado tiempo al tiempo. Fallows trabajaba con Newey y fue uno de los fichajes estrellas la marca verde.
Copiar a otros
«Es cierto que todos los equipos se copian unos a otros –cuenta Alguersuari, ahora fuera de la F1, dedicado a la música–. Y es probable que Aston copiara la base del Red Bull, pero luego no evolucionó con mejoras. La versión rentable le alcanzó un tiempo, pero luego no tenían el túnel del viento acabado, ni potencial o recursos para mantener al coche en la misma línea».
La secuencia de podios de Alonso alcanzó hasta septiembre de 2023, y a partir de ahí vino la decadencia en rendimiento del Aston Martin. Aún obtuvo un tercer puesto en Brasil a base de una defensa numantina ante 'Checo' Pérez, más por pericia del piloto que por potencia del monoplaza. En 2024 se produjo la ley natural de la F1, el resto de los equipos progresaron y en Aston Martin ya no hubo ideas de Newey que mimetizar ni soluciones propias con ingenio. Las supuestas mejoras casi nunca funcionaron.
«Aston Martin ha probado cosas, pero no funcionaron. Y ya no puedes fabricar como antes tres o cuatro fondos planos, o no sé cuantas piezas y probar hasta acertar. Ahora todos los equipos tienen un límite presupuestario (130 millones) y solo pueden llevar un modelo a las carreras para experimentar. Es cara o cruz», analiza Alguersuari.
Como el rendimiento del Aston Martin fue en regresión durante 2024, quinta escudería en el Mundial de marcas a mucha distancia del cuarto (374 puntos), el propietario Lawrence Stroll destituyó al otrora ingenioso Dan Fallows y al director ejecutivo Mike Krack.
Fichaje de Newey
En su afán por fortalecer la empresa, que dispone de un nuevo túnel del viento, una fábrica de última generación en Silverstone y un ejército de ingenieros, Stroll contrató a Newey por un salario, sin confirmar por nadie, que ronda los 20 millones más acciones de la compañía. A Krack lo ha sustituido Andy Cowell y el mundo del rumor anticipa que ha contactado con Verstappen para el futuro.
Newey tiene como objetivo el cambio de reglamento técnico que dará la vuelta a los coches de F1 en 2026. Es la oportunidad de Aston Martin de avanzar y buscar sitio entre los grandes. Y es la especialidad de Newey, las revoluciones normativas que necesitan soluciones aerodinámicas.
«Estamos en el cuarto año de reglamento técnico y los coches ya no van a cambiar mucho –dice Alguersuari–. No tiene sentido evolucionarlo en 2025. Lo lógico es dedicar la energía, el dinero y los recursos a 2026. Newey podrá hacer un coche ganador, tendrá recursos y gente, pero necesita tiempo. No tengo duda que Aston Martin será protagonista. 2025 es un año perdido para ellos, no sirve de nada. Después de la carrera de Barcelona nadie va a evolucionar ya los monoplazas».
La perspectiva no es alentadora para Aston Martin, salvo que Newey intervenga con algún recurso creativo en un auto sin mucho margen. Aunque en realidad el campeonato está tan apretado que encontrar un par de décimas de segundo por vuelta puede mejorar la situación.
«La pole se decide por milésimas. En este Mundial la diferencia del primero al último son décimas o un segundo. En mi época había dos segundos», dice Alguersuari, quien defiende el talento de Fernando Alonso: «Me parece triste que se pueda poner en duda la calidad de Fernando, y no lo digo buscando nada ya que no tenemos relación. Es uno de los mejores pilotos de la historia y es una ofensa dudar de sus capacidades. Merece un respeto».