Se disputa la clasificación para la primera carrera al esprint del año (mini carrera que reparte ocho puntos al ganador y hasta uno al octavo) con la amenaza de la lluvia, siempre ese aliado del espectáculo.
La SQ1, primera ronda eliminatoria, decreta los españoles no tendrán un fin de semana cumbre. Carlos Sainz, sexto, está a seis décimas del mejor tiempo, Checo Pérez, y Fernando Alonso, recién renovado por Aston Martin, se encuentra a siete décimas, séptimo.
Dominan de nuevo los Red Bull con Ferrari y McLaren a la estela, un punto detrás Aston Martin y algo más alejados los coches Mercedes de Russell y Hamilton.
El segundo tramo de la clasificación para el esprint llega amenazado por la lluvia y los sistemas de detección capaces de calcular en qué curva caerá la primera gota. Todos los pilotos se apuran por colocarse primero en la salida del pit y lanzar la vuelta antes de la aparición del agua.
En la ronda marca el mejor crono Verstappen, con parecida distribución de fuerzas (Red Bull, Ferrari y McLaren) y posición para los españoles (Sainz sexto y Alonso séptimo).
La lluvia inunda el circuito en la SQ3. Una manta de agua transforma la mini clasificación y la convierte en algo más divertido. Los coches se salen de la pista y los protagonistas cambian. Ya no es el monólogo de Verstappen. Se trata de dar una vuelta certera, no abandonar el asfalto y conducir con manos.
El asunto se queda en un duelo clásico. Hamilton realiza el mejor tiempo, seguido por Fernando Alonso, quien dicta una clase maestra de conducción bajo agua. Dos vueltas magníficas lo colocan primero y segundo. Una locura. Hamilton manda, seguido por Alonso hasta que los jueces devuelven a Norris una vuelta arrebatada por los límites de pista y colocan al inglés en la pole para la cita al esprint. Alonso saldrá tercero y Carlos Sainz quinto. Verstappen partirá cuarto.
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