Palos al fogoso Verstappen

Las primeras voces críticas se han escuchado dentro de la propia escudería Red Bull. «Max se ha pasado al intentar adelantar a Vettel. Ha sido un error, sin duda», explicaba después de la carrera Helmut Marko. «Necesita controlarse un poco. Le he dicho que su momento llegará, que no se exceda». La victoria de Ricciardo , un piloto tenaz y constante, opuesto a su compañero, no hizo sino reforzar la mala actuación del holandés, que acumula ya unas cuantas fricciones con el resto de la parrilla.

También Christian Horner, máximo responsable de Red Bull en la pista, ponía los puntos sobre las íes a su piloto: «Creo que ha sido justa la sanción. Ricciardo nos ha enseñado que, con un poco de tiempo, se pueden hacer mejores cosas. Max tiene hambre, es muy rápido y está acumulando experiencia».

«Es muy fácil culpar al piloto más joven», se defendía el pasado jueves Verstappen. Sin embargo, para Vettel la falta de experiencia o la juventud de Verstappen (20 años) no pueden ser una excusa: «Ha hecho suficientes carreras. Esto te puede pasar aunque hayas hecho 300 grandes premios. Cuando estás en el coche has de hacer juicios que son complejos, pero has de tener todo eso presente y estar seguro de que no chocarás».

Hamilton, que llegó a llamar «gilipollas» a Verstappen tras el incidente en Bahréin, firmó después la paz con el holandés en la llegada a China, aunque reiteró que la fogosidad del holandés le está costando un buen número de puntos a Red Bull. En cualquier caso, le agradeció en broma el «favor» de su toque con Vettel. Los enemigos pasan a ser amigos con el Mundial en juego...