Tour de Francia
Vingegaard destroza a Pogacar en el Granon y se viste de amarillo
Ciclismo
El danés del Jumbo firma una etapa para la historia del ciclismo; destrona a un inquebrantable líder y le arrebata más de dos minutos
EL nuevo líder del Tour de Francia, Jonas Vingegaard tras vencer en el Col du Granon
Etapa grande, de esas que dignifican la belleza de este deporte. Etapa de ciclismo antiguo, un ciclismo casi extinto, donde los descarnados ataques alpinos se encadenan para levantar al personal del sofá. Hoy no hay siesta ni desazón, porque el espectáculo brindado por el prodigio ... Pogacar y el nuevo líder del Tour Vingegaard en el calvario del Galibier y el Granon ya pertenece al imaginario del ciclismo. El danés destroza al bicampeón a cuatro kilómetros y medio de meta tras una batalla de poder a poder en los pies del Galibier, culmina el Granon en solitario y llora, exhausto, sobre su bicicleta. Le arrebata más de dos minutos al inquebrantable Pogacar en la etapa reina, le muestra sus debilidades a la cara y entra de lleno en la historia de la legendaria cita francesa.
La épica se respira en el ambiente desde bien temprano. El día comienza en un pueblito de la Saboya llamada Albertville, cuyas vistas a las grandes cumbres del este de Francia bien merecen una visita, con un ataque de los de siempre, de Mathieu van der Poel y Wout van Aert. Ambos todoterrenos, de naturaleza kamikaze, crean la fuga y aguantan el ritmo en el primer puerto del día, en las icónicas eses de los lazos de Montvernier. La escapada es amplia, numerosa y poco fiable. Solo Wout, el líder de la montaña Geschke y los franceses Barguil y Latour aguantan el envite del siguiente pico, el temido Télégraphe (puerto de primera categoría). Poco después, Van der Poel se baja de la bicicleta y abandona el Tour. Tras un Giro eterno y un comienzo difícil en Francia, sus piernas no dan para más.
Encerrona en el Galibier
Detrás, a pocos minutos, vienen los favoritos. En el Télégraphe nadie se mueve, nadie muestra sus cartas, pero la tensión y los nervios protagonizan sus rostros. Justo en la corta bajada de este puerto de primera, antes de comenzar la subida al Galibier, ataca Roglic: el Jumbo-Visma comienza su obra. Pogacar sigue su estela sin problemas, pero en el grupo, salvo Thomas (Ineos), todos son escuderos de su perseguidor nórdico. Ante tal disyuntiva, como un león amenazado por las hienas, el esloveno recibe y repele una oleada de acometidas del equipo holandés. Mientras Kuss y Kruijswijk dan ritmo al grupo, Vingegaard y Roglic alternan un ataque tras otro. Ciclismo clásico, ciclismo salvaje exento de límites. Como un coloso, el campeón del UAE aguanta con suficiencia, lanza alguna que otra cuchillada para aterrorizar a sus rivales y espera la llegada de Marc Soler (en su nuevo rol como gregario en el UAE) en el ecuador de la ascensión al Galibier.
El balcánico respira porque de momento mantiene el control de la carrera. Sin embargo, aún resta la última subida del día, el icónico Col du Granon, donde muere esta etapa. Los escapados Van Aert y Barguil claudican en sus rampas y el reincidente Nairo, que se había enganchado junto a Bardet al grupo de los favoritos, lanza su apuesta. Antes, un tirón de Pogacar había acabado con su compatriota Roglic. Tras mil ataques y un trabajo estoico para el beneficio de su compañero Vingegaard, el campeón de la Vuelta se bajaba de la lucha por la general.
Pese a los intentos de Nairo y Bardet, los focos pertenecen a Vingegaard. A cuatro kilómetros y medio del fin, el danés de 25 años ataca feroz a Pogacar y le deja en la estocada, alcanza a Quintana y se dirige hacia la cumbre en solitario. Vuela sobre el puerto desangelado, inhóspito, de Col du Granon mientras la afición que llena los bordes de la sinuosa carretera le dan aliento. Su equipo le relata la gesta en el auricular y Jonas sigue escalando rapidísimo. Alcanza la meta mientras aprieta la dentadura (su lenguaje corporal solo connota dolor), se despoja de la bicicleta y llora con los suyos: es el nuevo maillot amarillo del Tour de Francia tras una exhibición de época.
Dos minutos y 51 segundos después llega Tadej. Mirada baja, maillot abierto y rostro de sufrimiento. Por primera vez en su idilio con el Tour, el esloveno muestra signos evidentes de flaqueza tras la encerrona del Jumbo. Bardet, Thomas, Gaudu e incluso Yates dejan atrás a un agotado Pogacar que termina en la séptima posición.
Momento del Alpe d'Huez
Adelantado también por Bardet en la general, el tercer Tour consecutivo de Pogacar es amenazado por un joven danés que, a diferencia suya, tiene a un equipo sano y de primer nivel trabajando para él. Sin embargo, para esperanza del bicampeón Pogacar, hoy aparece en escena el Alpe d’Huez, y eso son palabras mayores. La duodécima etapa del Tour se antoja decisiva con tres puertos de categoría especial. En sus 165 kilómetros de recorrido, el pelotón subirá el Galibier por Lautaret, ascenderá el Col de la Croix de Fer y acabará en el mencionado e histórico Alpe d’Huez.
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