Evenepoel mete miedo en Italia desde el primer día

Al belga, uno de los máximos favoritos, pareció no gustarle el bucólico ambiente y desde que inició los poco más de 19 kilómetros de recorrido, apretó como un depredador, un maníaco, la enésima exhibición del actual campeón del Mundo que le permitió calzarse el rosa en el primer día de escuela.

Mientras todos sus rivales parecían estar desperezándose de la siesta, Remco salió como una bala desde el inicio, voló sobre todos ellos durante la parte llana y, en el final en alto en el Porto de di Ortona, apretó aún más, un auténtico todoterreno el ciclistas de Quick-Step al que parece que nada le cuesta en exceso, aunque no hay soberbia en su pedaleo, solo ambición.

Menos fructífera fue la actuación de su gran rival, Primoz Roglic. El esloveno, que había sido el único ciclista que le había plantado cara al prodigio belga (le ganó en la Volta a Cataluña con un ejercicio de veteranía espléndido), aterrizó con dudas en el Giro.

Gestos raros y mucha precaución del balcánico durante una crono a la que nunca llegó a engancharse. De hecho, ni siquiera en la subida final fue capaz de apretar cuando el reloj le avisó de que algo no iba bien . A su llegada a meta, el palo era insalvable. Evenepoel le había metido 43 segundos.

Hundido Roglic, fueron el italiano Filippo Ganna (Ineos) y el portugués Joao Almeida (UAE) los únicos mortales que pudieron seguir de cerca a Evenepoel, pese a que este les sacó una ventaja de 22 y 29 segundos respectivamente. Ambos ciclistas disfrutaron de lo lindo por el paseo marítimo de la costa italiana y, de paso, presentaron candidatura para el podio. Aunque esto no haya hecho más que empezar.