El Mortirolo concede otra oportunidad a Mikel Landa

No se pueden hacer pronósticos con Mikel Landa, no al menos desde la lógica. Gran protagonista del desierto del ciclismo español desde la retirada de Alberto Contador, el vitoriano ha protagonizado todo tipo de alabanzas y pronósticos favorables que casi siempre han chocado con la realidad de los resultados : solo ha subido una vez al podio en 16 participaciones entre Giro, Tour y Vuelta.

Fue en 2015, tercero en la edición que ganó Contador y relegado por su compañero Fabio Aru, tercero. Landa fue entonces exuberante, dos etapas de alta montaña, dominante en el Mortirolo, presionó de lo lindo a Contador en dura pugna con las órdenes de su equipo, que potenciaba a Aru.

Una constante en la vida de Landa, reclamar libertad para liderar un equipo sin que haya demostrado un gran liderazgo. Le sucedió en Astana (Aru), en Sky (Froome, cuatro Tours), en Movistar (Nairo, Valverde) y también ahora en Bahráin. Landa es mucho mejor al contraataque y libre que al mando de un equipo.

En el Giro no están los eslovenos Pogacar y Roglic, sino Richard Carapaz (que ya ganó el Giro 19) y un ciclista que ha sorprendido, Jay Hindley (segundo en el Giro 20). Corredores que no son superiores a Landa en la montaña, aunque Carapaz haya demostrado de sobra una solidez mental muy estimable .

«Estamos en la tercera semana, estamos un minuto por debajo del maillot rosa y creo que hasta ahora el Giro ha ido como se esperaba», declaró el español en el tercer día de descanso.

« La etapa de Torino fue muy dura, pero no era para mí . Creo que las etapas que se avecinan se adaptan mejor a mí», explicó el español. «La etapa de Aprica será súper dura. Santa Cristina es una subida muy empinada, y después de 5.000 m de subida va a ser aún más difícil seguro. Mis experiencias con el Mortirolo siempre han sido buenas. Tengo buenos recuerdos de Aprica y Mortirolo, así que eso es una motivación extra».

El Mortirolo tuvo fama durante décadas de ser el puerto asfaltado de ciclismo más duro del mundo. Hasta que llegaron el Angliru y el Zoncolan, el Mortirolo era un lugar de peregrinación para los amantes del ciclismo. Este martes no se sube por la angosta carretera escarpada desde Mazzo de Valtellina, sino desde Edolo, algo más suave ( 12,7 kilómetros al 7,6 por ciento de desnivel medio ) pero igualmente decisivo. O, al menos, eso espera, Landa.