Giro de Italia
Giro de Italia, la carrera menos española
Poblet, Fuente, Induráin o Contador construyeron leyenda en el pasado, pero en el Giro que hoy empieza en Hungría solo Landa asoma con mínima opción de ganar
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Iniciar sesiónLa mente viaja a las entrañas del Tour y revive el helado que Bahamontes se tomó en el puerto de la Romeyere, la caída de Luis Ocaña en Mente y sus duelos conMerckx, las excitantes aventuras que proponía Perico Delgado, los cinco desfiles triunfales de ... Induráin, Contador y sus ataques en época convulsa, otros ganadores como Sastre o Pereiro... La Vuelta evoca las chispas entre Loroño y Bahamontes, las apariciones de Anquetil y Merckx, la dentellada de Hinault a Gorospe en Serranillos, el triunfo de Perico escapado conRecio, el dominio de la Once con Zulle y Jalabert, la retirada de Induráin, las hazañas de Valverde... El Giro de Italia siempre fue la carrera menos española, territorio abonado para los pioneros que descubrían la fascinación del maillot rosa, emblema de la carrera fundada en 1909 por el periódico rosa ‘La Gazzetta dello Sport’. El velocista Miguel Poblet y sus 20 triunfos, las locuras del ‘Tarangu’ Fuente en los Dolomitas, la conquista de Miguel Induráin a principios de los noventa y la explosiva impronta de Contador. El Giro empieza hoy en Hungría (como el Tour de Francia en Dinamarca o la Vuelta a España en Holanda) y ningún español asoma entre los candidatos a ganar. Es el fin de la abundancia. Alejandro Valverde, el veterano de gran rendimiento, contrasta con Mikel Landa, el jaleado escalador de triunfos tan escasos .
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El padre de Miguel Poblet compró una tienda de bicicletas en Montcada y por ese negocio familiar convirtió a su hijo en una estrella del ciclismo en la España de la posguerra. En 1956 Poblet (fallecido en 2013) consiguió un hito que perdura en el tiempo: el primer ciclista que conquistaba al menos una etapa en el Giro, el Tour y la Vuelta durante la misma temporada. En Italia levantó su crédito el corredor catalán, veinte victorias parciales, seis días de líder, un podio. Al precursor Poblet le distinguió para siempre una foto en el Giro de 1958. Pinchó en una etapa reina y, desesperado por la tardanza, reclamó otra rueda brazo en alto. El fotógrafo Paco Alguersuari, abuelo del piloto de Fórmula 1 Jaime Alguersuari , captó el momento en una foto que ha trascendido al tiempo y que le proporcionó al reportero el Pulitzer de la fotografía deportiva, el World Sports Photo.
El 'Tarangu' y Julio Jiménez
Entre Poblet y el advenimiento de Induráin, España tuvo llaneros solitarios en el sensato escalador abulense Julio Jiménez (11 días de rosa, cuatro etapas) y el volcánico asturiano José Manuel Fuente. Con el ‘Tarangu’ volvió el espíritu de Bahamontes, según el cual siempre había que atacar en cualquier puerto de cualquier carrera. Fuente retó a Merckx, logró nueve etapas, cuatro reinados de la montaña y quince camisetas rosas.
El Giro cambió para los españoles con Induráin, quien ya vencedor del Tour en 1991 exprimió el caudal de sus pulmones y sus piernas en los Giros de 1992 y 1993 haciendo doblete con el Tour. Induráin conquistó Italia con la receta conocida: avasallamiento en las contrarreloj, estoicismo en la montaña y siempre ese mantra generoso de permitir ganar a los demás. A Chiapucci, Bugno, Chioccioli o Ugrumov, sus rivales entonces hasta que Berzin lo derrotó en el Giro 94.
Hubo que esperar quince años hasta la llegada de Alberto Contador, un ciclista único con una ambición total en la montaña que ganó tres Giros (2008, 2011 y 2015) y perdió uno por el positivo de clembuterol. El madrileño siempre incluye el Giro 2011 en su palmarés, aunque oficialmente fue tachado en favor del italiano Michele Scarponi.
Valverde y Landa
Más veterano que Contador (39 años) es Alejandro Valverde (42). El ciclista murciano sigue soportando sobre su ancha espalda el porvenir del ciclismo español, huérfano de estrellas capaces de discutir en el escalafón. Él se despide de la carrera en la que debutó en 2016 . Afronta su segunda participación sin objetivos de grandeza. «Quiero ganar una etapa, me da igual cuál». A Valverde le fascinó el Giro por su «ambiente, los aficionados, la organización, el espectáculo. Es interesante para verlo por televisión. Y no hay tantos nervios como en el Tour, no es tan exigente para la cabeza».
Hay pocos kilómetros contrarreloj (26) en el Giro que hoy empieza en Budapest, y pese a ello nadie se atreve a incluir a Mikel Landa en la nómina de candidatos cinco o cuatro estrellas. Son demasiadas decepciones y carencias del escalador alavés, quien, siempre a la contra, ha logrado sus mayores éxitos en Italia (tres etapas, dos en aquel Giro galáctico ante Contador).
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