VUELTA A ESPAÑA
Nibali se lleva la Vuelta del renacimiento
El italiano supera a Mosquera en una emocionante edición que relanza la ronda con espectáculos como el de la Bola del Mundo
J.GÓMEZ PEÑA
Más que apellidos, el Renacimiento tuvo nombres: Miguel Ángel, Rafael, Leonardo da Vinci... En Vinci vive Nibali, el ganador de la edición que ha visto renacer la Vuelta. Cuando partió la carrera bajo la luz artificial de la noche sevillana, el director de la ronda, ... Javier Guillén, prometió dos palabras: “Espectacular” y “emocionante”. Ha cumplido. La Vuelta ha tenido el recorrido perfecto. Y ha descubierto la Bola del Mundo , una obra maestra para el ciclismo.
De la emoción se han ocupado los ciclistas. El don escalador de Igor Antón, el ciclista más poderoso de esta carrera. El relámpago frío de su caída camino de Peña Cabarga. Las lágrimas en el Euskaltel que dejó su retirada. La pelea incombustible de Joaquín Rodríguez, número uno del mundo. Y,sobre todo, la imagen de dos hombres al borde de todo, picando pedales sobre el cemento de la Bola. Mosquera y Nibali. Con miles de ojos fijos en ellos y dando impulso al renacimiento de una prueba aletargada por los escándalos del ciclismo y el desinterés de las figuras.
Hace 75 años nació una carrera pobre y una aventura fantástica. Aquella primera edición salió desde Madrid con los tubulares cruzando el pecho de medio centenar de ciclistas. Ayer regresó para rendir homenaje a la Gran Vía, que es algo más vieja y cumple cien años. En poco más de un kilómetro, esta calle resume Madrid: gente, escaparetes, tentaciones... Dicen que la Gran Vía inventó la ciudad. Tardaron 21 años en construirla. Y 21 etapas ha tenido esta Vuelta que ayer concluyó en La Cibeles con el triunfo al sprint de Farrar sobre Cavendish; con Nibali, Mosquera y Peter Velits ordenados así en los cajones del podio final; con el Katusha como mejor equipo; con Moncoutié vestido de mejor escalador, y con Cavendish proclamado como el más regular.
Obligada por el descrédito a reinventarse, la Vuelta ha buscado nueva cimas para gritar su nombre: acertó al descubrir la oculta rampa de Valdepeñas de Jaén y al subir al Castillo malagueño de Gibralfaro. También al regresar al Xorret de Catí. Y al encadenar tres etapas asturianas. Evitó, además, que los kilómetros contrareloj desestabilizaran la general. Y, sobre todo, llenó de público y leyenda los tres kilómetros de hormigón de la Bola del Mundo. Allí se escenificó un duelo inolvidable. El del joven Nibali, un ciclista destinado a rivalizar con Contador, y el del viejo Mosquera, el gallego entrañable, duro, tímido y corajudo que bien pudo haber estado en Atocha en 1935, en la salida de aquella primera Vuelta. “¿Qué voy a hace ahora? Pues celebrar este segundo puesto. Y luego irme a casa. Quiero paz. Y cenar unos huevos con patatas y chorizo. No hay cosa mejor”, declaró ayer al bajar del podio con su sonrisa y las uñas mordidas por tres semanas de estrés. El público, claro, le quiere.
Le siente cercano. Como cualquiera. “A Ezequiel le entró el gusanillo del cilismo el día que la Vuelta a España pasó por el pueblo y vio a Induráin”, cuenta su madre. A Mosquera no le gustaba calentar la silla como estudiante. Trabajó haciendo fotocopias en la Facultad de Medicina y acabó en el paro. Prefirió el aserradero. Al aire libre. “No me gusta estar encerrado”. Serraba y pedaleaba. No llegó a la elite hasta la treintena .
Hoy, pese a sus casi 35 años, Mosquera es un rostro nuevo. Pese a tener ya el Tour, el Giro y la Vuelta, Contador sólo tiene 27 años, unos meses más que Antón. Nibali, que encarna el renacimiento del ciclismo italiano, y Andy Schlek son todavía más jóvenes: 25. Han aparecido otros nombres, como Peter Velits, o Tondo, o Nieve, o Nicholas, el hijo de Roche. La camada que viene tras veteranos como Sastre, octavo en su tercera gran vuelta del año, o Cuesta , brillante en el puesto 27 con 41 años. Ciclistas hay y habrá. Pero el renacimiento del ciclismo español necesitaba patrocinadores. Mecenas. Y han llegado. El Footon de Gianetti y Matxin se convertirá en el Geox, multinacional del calzado, y presentará en su parrilla a Menchov y Sastre. Y ha sido durante la Vuelta cuando se ha confirmado la entrada de Telefónica, de Movistar, en el ciclismo.
El ingreso de patrocinadores, la ausencia de escándalos, el acierto total en el recorrido y el empeño de ciclistas como Nibali, Mosquera, Antón, Cavendish, Joaquín Rodríguez, Frank Schleck, Farrar, Sastre, Bruseghin y tantos otros han compuesto una edición vibrante, sin puntos muertos e incierta hasta la tanda de penaltis de la Bola del Mundo. Tan emocionante ha sido la Vuelta que ni ha echado de menos a Contador. El madrileño volverá en 2011, frente a Mosquera, a Samuel Sánchez, a Igor Antón... ¿Habría ganado la Vuelta el menudo escalador vizcaíno si no se cae? Pino, el director de Mosquera, cree que sí. Ya se verá en 2011, en la edición que comenzará en Benidorm y regresará a Bilbao y Vitoria.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete