Ginés Marín: toros, caza y cocina
Los mundos del toro y la caza siempre han estado vinculados, algo de lo que es ejemplo este profesional consagrado, elegante y señorial
Javier Hidalgo: «La gestión privada es una magnífica herramienta de conservación»
Federico Casas
Madrid
Ginés Marín es uno de los toreros con mayor proyección del momento. Nacido en Jerez de la Frontera en 1997, representa a la nueva generación de matadores de toros. Es un profesional consagrado, con un concepto profundo, elegante y señorial. Desde muy joven se ... encuentra muy unido al mundo cinegético. Prepara las temporadas taurinas en su particular paraíso en la Siberia extremeña, una finca en la que conviven venados, gamos, muflones, jabalíes y, desde hace un tiempo, toros de lidia.
La caza del corzo morisco, la joya del sur
Félix Sánchez MontesEl cérvido autóctono más pequeño de Europa marca el límite más meridional del área de distribución de la especie en el continente
Como gran apasionado por la caza, la practica con asiduidad a lo largo del año siempre que su calendario profesional se lo permite. Históricamente, el mundo del toro y de la caza siempre han estado muy vinculados; en ambos se comparte un sentimiento de veneración por la naturaleza, de respeto a los animales y la responsabilidad en el cuidado de los ecosistemas.
Recechando corzos
Era el 10 de abril de 2023 y, recién abierta la veda del corzo, me dirigía a Campillo de Dueñas, provincia de Guadalajara. Llegaba bien entrada la noche a descansar a un hotel que sería también nuestro lugar de encuentro la mañana siguiente. Me fui a la cama con esos nervios propios de la noche previa a una jornada corcera. Madrugamos bastante, las 6:30 era hora prevista para empezar la mañana con tres buenos amigos: Antonio, Víctor y Rogelio.
Nos dirigíamos a un coto realmente bonito para intentar hacerle una entrada a un corzo antes del amanecer. El animal solía aparecer casi a diario a la salida del sol en el aquel lugar, pero esa noche la luna llena no jugaba a nuestro favor. Lo vimos recogiéndose hacia el monte justo antes de alborear, tuvimos que dejarlo ir y probar suerte en otra zona.
Seguíamos nuestro camino en el coche, ya con la primera luz del día, cuando vimos un espectacular corzo a unos 240 metros. Tuve el tiempo preciso para bajarme del coche y meterlo en el visor; efectué un tiro que pareció haberse quedado bajo y, al no ver salir al corzo de la mancha, lo que nos puso en duda sobre si pudiera estar pegado, decidimos dejarlo tranquilo ante la posibilidad de haberlo herido.
Mientras tanto, proseguimos nuestra mañana de caza y, tras una hora y media sin ver prácticamente ningún animal, apareció ante nuestros ojos un precioso corzo. Lo teníamos a unos 70 metros camuflado entre pinos. Tras un tiro certero y al acercarnos pudimos admirar la belleza del ejemplar.
Felices por el lance y por el trofeo recordé que debíamos revisar la zona donde habíamos tirado al primer corzo y así lo hicimos. Cuando llegamos a la mancha, empezamos a revisar la zona hasta que, ¡sorpresa!, apareció muerto en una posición que casi parecía de veneración. Un corzo con una hermosura impresionante que nos dio la segunda alegría del día.
MÁS INFORMACIÓN
Muy contentos por la inolvidable jornada de caza vivida, y un tanto hambrientos, volvimos al pueblo a almorzar y celebrar la bonita mañana que compartimos entre buenos amigos, disfrutando de lo que nos apasiona, el campo y la caza. ¡Qué bien sentaron los huevos con chorizo!
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete