El Unicaja doblega al Tenerife y se proclama campeón de la Champions

Ya avisaron los de la Costa del Sol cuando triunfaron en la Copa del Rey de la pasada temporada, donde eliminaron al Barça, al Madrid y al mismo Tenerife en la final, dos grupos que han tejido una fantástica rivalidad en los últimos años. Como en aquella ocasión, fue Perry el líder de los andaluces, encantado el estadounidense de asumir galones en los momentos de máxima dificultad. Sus genialidades y la férrea defensa al astro rival, Kyle Guy, hicieron el resto y el Málaga, con mucha rabia, celebró el título internacional.

Espesas fueron las primeras posesiones de la final. Los nervios y las muñecas encogidas hicieron que la canasta inicial del duelo llegase tras dos minutos y 15 segundos, obra del incombustible Marcelinho Huertas, nombrado mejor jugador del torneo y que inauguró el electrónico con un gran lanzamiento tras atrapar un rebote en ataque. Brillante acción que fue seguida de fallos, en el lanzamiento y de concentración. Sopa densa en Belgrado, una final convertida en una auténtica incógnita.

Poco a poco comenzaron a florecer las individualidades. Guy y Fitipaldo le imprimían un buen ritmo al juego de los canarios, que había sido horrible en el inicio (seis pérdidas en los primeros seis minutos), mientras que Kravish envalentonaba a los andaluces con su gran precisión desde la larga distancia. Pero fueron los despistes del Tenerife en defensa los que provocaron la primera brecha del duelo. Un triple de Djedovic, muy solo, cerró el primer cuarto y ascendió la ventaja del Unicaja hasta los seis puntos.

Emitían mejores sensaciones los malagueños, bien en defensa y más certeros en el tiro. Pero no conseguían abrir brecha, increíble cómo el Tenerife, con su floja primera parte, amenazaba a sus rivales con un zarpazo inminente.

Partida de ajedrez que, por otra parte, fue destruida por un salvaje mate de Tyson Carter, ave rapaz de solo 193 centímetros. El escolta de Misisipi se quedó con ganas de más y, unas jugadas después, anotó un triple inverosímil, desequilibrado, a una pierna, con la defensa encima. Fueron esas espectaculares acciones, aderezadas con una bandeja sobre la bocina de Perry, las que permitieron al Unicaja llegar al descanso con una ventaja de 11 puntos.

Noticia Relacionada

El Real Madrid aplasta y hasta se divierte

Pablo Lodeiro

Los blancos vencen con contundencia al Baskonia(101-90) y se quedan a una solo victoria de la Final Four de la Euroliga

No supo encajar el puñetazo el Tenerife y se descompuso en defensa, muy superiores los andaluces bajo el aro rival y en la distancia, genial Djedovic con dos triples seguidos. Incluso Kyle Guy, estrella de los isleños, recibió una técnica tras encararse con el árbitro. Descentrado el estadounidense, los de Txus Vidorreta necesitaban de un milagro para levantar el resultado adverso. Pero dos despistes del mismo Djedovic, que se tradujeron en cuatro puntos para los rivales, y un triple de Abromaitis, reiniciaron una vez más el escenario del Stark Arena.

El duelo se convirtió en un embudo. Siempre amenazaba el Unicaja con distanciarse y siempre se inventaba el Tenerife alguna genialidad para no descolgarse. Fue Perry el héroe en el caos, un jugador superior que no encontró rival para sus genialidades. Una penetración del base y una asistencia a Will Thomas, que finalizó la jugada con un potente mate a dos manos, se convirtieron en dos puñaladas insalvables para los canarios. La defensa anuló a Guy y los malagueños levantaron las manos al cielo. El Unicaja era campeón de la Champions League.