Tampoco la defensa del Valencia puede con la impecable racha del Real Madrid

Por mucho que el Real Madrid luzca un ataque de lujo, la estadística auguraba una visita al dentista para los blancos, pues en una Fonteta abarrotada se medían a un equipo capaz de establecer una verdadera muralla ante su canasta. Pero el primer cuarto se empeñó en sorprender a todos con un brutal intercambio de puntos en ambos extremos de la pista. Los de Chus Mateo lo lograron con una gran dirección del Facu Campazzo, mientras que los locales se apoyaron en un excelente Brandon Davies que acaparó 18 de sus 26 puntos. El marcador tras los primeros diez minutos, 26-24, daba cuenta de esa igualdad y el acierto ofensivo de unos y otros.

Pero la película cambió en el segundo acto. Los de Álex Mumbrú se arremangaron para cerrar todos los caminos a su aro y al Real Madrid se le hizo de noche. Mención especial para un desacertado Sergio Rodríguez, que protagonizó dos 'alley-oops' para olvidar. Touré y Ojeleye entraron para aportar y poco a poco el Valencia Basket se distanció en el electrónico. Llegó primero hasta el +8, pero un parcial de 0-7 de los visitantes volvió a apretar el pulso. Una reaparición clave de Davies y Jones firmaron al final del cuarto una diferencia de seis puntos.

El tercer cuarto arrancó con Jones ensanchando el colchón valenciano hasta los ocho, pero el Real Madrid encontró la receta justa para igualar la intensidad defensiva local. A una mejora notable en el rebote en ambas canastas sumó un carro de minutos para Campazzo, fundamental de cara y de espaldas al aro, y el acierto de su compatriota Deck. Con esta fórmula mágica logró ponerse de nuevo por delante el conjunto blanco y llegar al cuarto definitivo con la ventaja mínima.

Apoyado en un Tavares crecido por el que circulaban una y otra vez las jugadas hasta que tuvo que retirarse por un golpe en la rodilla, el Real Madrid trató de distanciarse al inicio del último cuarto, pero Davies e Inglis plantaron resistencia.

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La cercanía de la bocina final hizo temblar a ambos conjuntos, mucho más espesos de cara al aro e imprecisos con las manos. Y en ese terreno embarrado quien acabó sacando la cabeza fue el equipo de Chus Mateo que, liderado por unos inspirados Hezonja y Campazzo, los más serenos en plena tormenta, se acabó imponiendo por 73-76. La primera derrota madridista deberá seguir esperando.