Baloncesto

El Real Madrid abraza la senda del espectáculo

Los blancos firman una mágica victoria (93-79), la tercera consecutiva en Euroliga, espoleados por unos inspirados Campazzo y Poirier

El Barça solo sufre en España

Sigue en directo el sorteo del Mundial 2026 y conoce los rivales de España en el campeonato, los grupos, los cruces y los emparejamientos

Tavares pugna por un balón con Smits EP

Hay momentos en los que el Real Madrid alcanza cotas de juego que hace años que no asomaban por el WiZink Center. Los mates, los tapones, los triples imposibles y las transiciones vertiginosas son sus vías hacia el éxito. Los blancos, con Campazzo y ... Tavares como faros, además de un excelso Poirier, apuntan a rodillo este año. Faltan por pulir algunos aspectos, como la regularidad defensiva, pero sin duda son el gran rival a batir en este inicio de Euroliga, tres victorias en tres partidos tras ganar al Zalgiris Kaunas.

No le hizo falta al Madrid esforzarse en demasía para cogerle el pulso al partido. Juegan los blancos a un baloncesto superior, tanto que salen a pista a ver qué pasa, a ver si el rival está dispuesto a ofrecerles un desafío a su altura. Bravos los lituanos sin embargo, que enlazaban canastas épicas, espectaculares suspensiones para apretar el marcador en los primeros compases.

Campazzo se transformó en conquistador por abrasión, cuatro de cinco en triples para el argentino en solo ocho minutos. Si pestañeabas te perdías una acción prodigiosa del base que, pese a llevar tres años en el exilio, dos en Estados Unidos y uno en Serbia, ha vuelto mejor de lo que se fue, líder indiscutible de este ilusionante Real Madrid.

Se permiten florituras los de Chus Mateo, circulaciones imposibles y pases mágicos que casi siempre acaban atravesando la red rival. Solo les faltaba apretar un poco en defensa, porque el Zalgiris no le perdía la cara al enfrentamiento y estaba muy cerca en el marcador. Eran los triples, con los que el Madrid tienen una sintonía especial, los que le proporcionaban ventaja. Y por supuesto Vincent Poirier, que le ha dado por jugar como una estrella en el inicio de temporada.

Tavares y Campazzo se remangaron, cansados de que los bálticos llegasen a su aro con facilidad. Dos estrellas, el caboverdiano y el argentino, que disfrutan en ambos lados de la pista, monstruos multidisciplinares, como los más grandes de este deporte. Pero no seguían su ejemplo los compañeros, y el Zalgiris les perseguía como un sabueso, muy bravo pese a la diferencia de quilates.

Pasado el mal trago del tercer cuarto, los de Chus Mateo volvieron a provocar palmas y vítores. Un tres más uno de Llull, una de sus fantasías más recurrentes, propulsaron al Madrid, que esta vez sí apretó el acelerador hasta llegar a la línea de meta.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios