Budismo, lobos y 20 asistencias contra el Asvel: así es McIntyre, el hombre récord del Baskonia

Por supuesto, sus pases de canasta batieron el récord absoluto de la Euroliga, que hasta la fecha pertenecía a Facundo Campazzo y al serbio Stefan Jovic. El base del Real Madrid sumó 19 el 6 de febrero de 2020 ante el Alba de Berlín, mientras que el balcánico lo hizo el 12 de noviembre de 2015, ante el Bayern de Múnich y cuando defendía los colores de su amado Estrella Roja de Belgrado. «Había gente que decía hace años que yo no valía para base. Pues ahí queda», sentenció el norteamericano.

Además, el triple doble de McIntyre (dobles dígitos en tres apartados estadísticos diferentes) también le permitió colarse entre los más grandes del baloncesto continental pues, desde que la Euroliga se crease en 2012, solo se habían conseguido unos números similares en tres ocasiones: el griego Nick Calathes en 2019 (11 puntos, 11 rebotes, 18 asistencias) y el croata Nikola Vujcic en 2005 y 2006 (27 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias y 11 puntos, 12 rebotes, 11 asistencias respectivamente).

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Mira al pasado y sonríe McIntyre, que parece haber encontrado en Vitoria su sitio en el mundo tras pasar por nueve equipos en los últimos nueve años. Un hombre de récord que pasó por momentos difíciles en su infancia, en la que fue criado en un ambiente cristiano, humilde (llegó a jugar en la calle sin zapatos) y con mucha presión autoinfligida por ser un gran jugador de baloncesto. Como reconoció en una entrevista al propio Baskonia, gastaba mucho tiempo en redes sociales viendo las grandes jugadas de las estrellas de la NBA, y eso le provocó varios episodios de ansiedad: «Ellos estaban viviendo la vida de sus sueños y yo me despertaba a las 5 de la mañana».

Unas inquietudes que el base de la selección búlgara (se nacionalizó el año pasado) ha sabido calmar gracias a su educación en una escuela militar y, sobre todo, con la meditación. Es practicante de técnicas budistas y siempre que es día de partido, desayuna ligero (avena y yogurt), duerme un par de horas de siesta y enciende incienso antes de salir hacia el estadio. «Enciendo incienso en la casa para oler. Hago lo mismo cuando quiero leer. Es un tipo de aromaterapia que me ayuda para concentrar mi mente en el partido».

Pero seguramente lo más llamativo es el alter ego que se ha creado el americano, que se autodenomina como ' el lobo'. Un animal al que respeta por su silencio y por su sentido de la comunidad, de la manada. «Cinco minutos antes, cojo una toalla, me siento en un rincón vacío y me pongo en una de mis pequeñas posiciones de meditación para despejar mi mente y conseguir esa personalidad de 'lobo'». Así es Codi Miller-McIntyre, el lobo budista del Baskonia que ha hecho historia en la Euroliga.