nba
Ricky Rubio, misión cumplida
Brilló en un encuentro sin tensión defensiva, pero no pudo llevarse la victoria del partido de las estrellas emergentes en el All-Star
emilio v. escudero
Brilló en un partido sin tensión defensiva, pero no pudo llevarse la victoria, que fue para el equipo dirigido por Barkley (133-146) Junto a él quedaban solo Jeremy Lin y Blake Griffin cuando el speaker anunció su nombre por megafonía. “¡Ricky ... Rubiooooooo!” . El nombre del español resonó con fuerza en un Amway Center semivacío, pero que se rindió ante la magia del base de los Timberwolves en el partido de las estrellas emergentes del fin de semana del All-Star.
Para darse cuenta de la dimensión que su figura ha cobrado en Estados Unidos, basta con ver cómo fueron él y Jeremy Lin (posiblemente más célebre ahora mismo que el mismísimo Barack Obama) los dos entrevistados de la previa del partido que tenía que enfrentar a los mejores jugadores jóvenes de la NBA. Ahí, Ricky se mostró nervioso. Parco en palabras. Luego, con el balón en las manos volvió el desparpajo.
Lejos de lo que cabía esperar, Rubio (que anotó 12 puntos y repartió 7 asistencias en 22 minutos de juego) se olvidó de sus compañeros hasta bien entrada la primera mitad . En un partido en el que cada uno hace la guerra por su cuenta, el español supo reclamar su cuota de protagonismo para ir sumando puntos como una hormiguita en medio del espectáculo general.
Sin defensas, con relajación absoluta de unos y otros, el encuentro fue un correcalles en el que el "alley hoop" se convirtió en la jugada predilecta para terminar la posesión. Por ahí, DeMarcus Cousins fue uno de los beneficiados (también uno de los pocos que se lo tomó en serio) y la ventaja del equipo capitaneado por Barkley fue creciendo. El marcador era lo de menos, pero las diferencias iban siempre a favor de los “Chuck”.
Enfrente, con Griffin y Lin apagados, era Rubio el que lideraba las operaciones (espectacular asistencia tras un caño a Cousins), mientras que Irving comenzaba su festival particular . El número uno del pasado draft fue el mejor (34 puntos y 9 asistencias con un solo fallo en el lanzamiento) y se mereció el MVP que se llevó al final del partido. Impecable en el tiro, veloz en la dirección, todo funcionó a la perfección cuando el balón estaba en sus manos.
Él fue el que frenó la tímida reacción del “Shaq Team”, que lo intentó con un Griffin más participativo tras el descanso y algún que otro triple de un inspirado Rubio, pero fue imposible. No era el día para pensar en victorias, sino para celebrar. Celebrar su presentación en sociedad con los grandes. Celebrar que el sueño se había hecho realidad. Celebrar que las dudas que muchos tenían antes de su salto a la NBA se han desvanecido por completo y que este “BBVA Rising Stars” de Orlando ha sido el primero pero no el último encuentro de All Star que vivirá Ricky Rubio.
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