La NBA, altavoz de justicia social

En 1991, una paliza de cuatro policías al taxista de raza negra Rodney King mientras estaba esposado provocó una oleada de protestas en la ciudad de Los Ángeles. Craig Hodges , compañero de Michael Jordan en los Bulls, habló con él y con Magic Johnson para boicotear el primer partido de las finales de la NBA. El primero le dijo que estaba loco; el segundo, que aquello era demasiado extremo. Treinta años después, el compromiso social de los deportistas es muy diferente. No les asustan las consecuencias, pues se ven como motor de los cambios.

Algo está cambiando en Estados Unidos y en ese movimiento de protesta la NBA se ha erigido como estandarte. No hace mucho tiempo, gestos que hoy se ven con normalidad en la lucha contra los abusos raciales eran vistos de manera negativa por la sociedad estadounidense. Ahí está el ejemplo de Colin Kaepernick , defenestrado por la NFL por haberse arrodillado durante el himno nacional como protesta a lo que él entendía que era un problema sistémico del país con las personas de raza negra. Aquella rodilla en tierra, que casualmente cumplió ayer cuatro años, se ha convertido en un símbolo universal contra el racismo, utilizado por los equipos de fútbol o por los pilotos de la Fórmula 1 .

El cambio principal en estos cuatro años es que Kaepernick cayó en desgracia -ninguna de las 32 franquicias ha querido hacerle un hueco hasta ahora-, mientras que los jugadores de la NBA que propugnaron el boicot contra los playoffs han conseguido unir a todos los estamentos de la liga. Porque su protesta nació en el vestuario de los Bucks, pero alcanzó al comisionado, el sindicato y los propietarios de las franquicias. Todos unidos para luchar por un cambio real. Demandando acción por encima de los intereses económicos que suponía ese parón. «Los cambios no ocurren solo hablando. Ocurren con la acción y tienen que ocurrir ahora. Por los niños y las comunidades de todo el país, la diferencia está en nosotros. Juntos. Por eso, tu voto es más que un voto», explicó ayer LeBron James , que llegó a sopesar abandonar la burbuja y no continuar con la temporada.

De hecho, los vestuarios de los Lakers y de los Clippers eran los más beligerantes , dispuestos a cancelar la temporada como medida de fuerza para lograr esos cambios. Finalmente, no fue así, pues la mayoría de jugadores optaron por seguir con la competición y estudiar otras formas de influir en la gente y en los dirigentes. Esas medidas y planes de futuro se estudiaron en una reunión a la que acudieron dos jugadores de cada equipo y los propietarios de las franquicias. « Después de más de 400 años de crueldad, racismo e injusticia, necesitamos trabajar juntos para decir que ya es suficiente », señalaba Jeanie Buss, dueña de los Lakers.

Del cónclave también debía salir el acuerdo para ver cuándo se reanuda la competición, que anoche también se mantuvo parada. La idea es que tanto los partidos del miércoles como los de anoche se disputen a partir de esta misma tarde, para no trastocar mucho el calendario, apretado ya por las circunstancias sanitarias.

No solo la NBA se ha visto paralizada por un boicot estos días. También los partidos de la WNBA fueron cancelados el miércoles, después de que las jugadoras apoyaran el parón mientras lucían una camiseta con el dibujo de siete balazos en la espalda, los mismos que recibió Jacob Blake , la última víctima de la violencia policial contra las personas de raza negra.

El resto de las grandes ligas del país también apoyaron de alguna manera el gesto de la NBA. Varios equipos de fútbol americano suspendieron sus entrenamientos -la temporada aún no ha comenzado-, mientras que algunos encuentros de béisbol tampoco se disputaron. « Con nuestro país y nuestra gente sumida en tanto dolor, no queremos distraer la atención de lo que realmente importa, especialmente de la injusticia racial y la opresión sistémica », señalaron en un comunicado los responsables de los Milwaukee Brewers y los Cincinnati Reds.

Precisamente en esta última ciudad se está celebrando el torneo de tenis previo al US Open, donde Naomi Osaka decidió no disputar su partido de semifinales ante Mertens . «Antes que una atleta soy una mujer negra. Y, como mujer negra, siento que hay asuntos mucho más importantes que verme jugar al tenis», señaló la tenista, a la que el torneo dio después la posibilidad de jugar el partido hoy.

No tardó el presidente en cargar contra la NBA, a la que llamó «organización política», entre otras muchas cosas. « Se han vuelto como una organización política y eso no es bueno . No creo que sea bueno para el deporte ni para el país. No sé mucho sobre las protestas de la NBA. Sé que sus índices (de audiencia) han sido muy malos porque opino que mucha gente está un poco cansada de la NBA», señaló, molesto porque los jugadores quieran marcarle la agenda.