euroliga
Real Madrid, una cita con la Historia
El equipo blanco supera sus ansiedades del pasado para meterse de nuevo en la Final Four quince años después
EMILIO V. ESCUDERO
Un cambio de entrenador a mitad de temporada, lesiones de jugadores importantes, fiasco en los enfrentamientos contra el Barcelona , pero una participación casi inmaculada en la Euroliga . Así se escribe la trayectoria del Real Madrid en la competición europea, ... en la que ha superado sus ansiedades del pasado para meterse de nuevo en la Final Four quince años después.
A pesar de la juventud de su plantilla, ha ganado en canchas tan complicadas como la del Montepaschi o el Partizán , demostrando que, a falta de experiencia, hay carácter de sobra para afrontar citas importantes. La del Sant Jordi será la primera Final Four para muchos de los integrantes de la plantilla blanca. Algunos, como Vidal o Prigioni , ya saben lo que es esto y tratarán de transmitir sus vivencias al resto.
Sobrados de talento en todas las posiciones, lo único que echa en falta el conjunto dirigido por Emanuele Molin es un líder nato. Quizá, la ausencia de ese rol ha cohesionado más al equipo, cuyos pilares básicos se asientan sobre el ritmo que marca Prigioni y en su fuerza reboteadora.
Molin cuenta con la suerte de tener a sus órdenes a dos bases tan diferentes como Prigioni y Sergio Rodríguez . Casi antagónicos, argentino y español se complementan para varias el ritmo cuando el equipo lo necesita. Por dentro, se echa de menos un poco más de poderío físico. Más allá de la calidad de Tomic y Reyes , D’Or Fischer aparece como clave para frenar al juego interior del rival. Si además tiene el día, el americano es imparable. La incógnita sigue siendo Nikola Mirotic . Capaz de lo mejor, en las grandes citas no ha aparecido como se esperaba. Puede ser su bautizo europeo.
La estrella… Sergio Llull
Es el encargado de tirar del carro cuando las cosas se ponen feas. Buen lanzador desde el 6,70, su principal virtud reside en sus piernas, que le permiten un cambio de ritmo mortal para la defensa rival. Cuando la muñeca no responde, el balear tira de corazón. Por sus características, resulta un jugador muy difícil de defender, lo que permite que sus compañeros se aprovechen de las ayudas que el rival hace para frenarle. Si no se obceca con la canasta, su participación será más relevante.
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