España se pone a tono antes de medirse a Francia

Segundo partido del preparatorio olímpico y ni el quinteto ni el plan de España cambian. Tampoco el combativo espíritu de Irán, que ya sea en Málaga o en Madrid planta cara a la selección pese a la inferioridad de talento. Salió el equipo de Scariolo al WiZink Center algo descentrado, frío incluso, sobre todo en defensa porque en el lado opuesto de la cancha España vuela a poco que atine. Este equipo triunfó en el Mundial de China de hace dos años no porque fuese el más ostentoso en calidad, sino porque fue el que supo sacrificarse más cerca de su aro. Un mantra que debe recuperar sí o sí antes de viajar a Tokio. Como ya hiciera en la final de la ACB, el recinto madrileño ovacionó hasta en dos ocasiones a Pau Gasol, consciente de que el catalán pronto puede ser un bello recuerdo y no una excitante realidad. Con un gran acierto desde el triple y con un interesante parcial, España cerró el primer cuarto con un bastante contundente 27-21.

España se puso seria en el segundo cuarto a rebufo de Marc Gasol, epicentro anotador del equipo en este periodo, y de las enérgicas actuaciones de Abrines y Garuba. La selección movía la pelota con fluidez y su anotación se disparaba mientras el balón iraní se cortocircuitaba cada vez con más frecuencia ante la mejoría defensiva de la 'familia’. El público de WiZink se animaba ligeramente y la velada se ponía de dulce pese al sofocante calor que ya se filtra por la calles de la capital. Juancho volaba y solo faltaban los puntos de Pau. Este respondió con un triple para convertir a los aficionados en soldados vitoreando a su general. El 58-34 al descanso dejaba entrever un resultado final de récord.

Hubo homenaje a Felipe Reyes (junto con otros grandes jugadores españoles de las últimas décadas) y la palabra ‘familia’ se revalorizaba en el céntrico estadio madrileño. España no deceleraba, corría y sin piedad aumentaba su ventaja. En el próximo encuentro se medirá a Francia , un rival con el que siempre tiene cuentas pendientes y de nivel olímpico. Las sensaciones, al menos contra Irán, materializaban a una España que empieza a entonarse. Capitulaba el partido y Pau recibía constantemente balones interiores mientras su nombre se armonizaba con la grada. También bajaba la media de edad del quinteto español como premio, pues el equipo conocerá en las próximas horas sus tres primeros descartes, ya que el talento encorseta a este grupo y no caben todos. Algún día, será suya la responsabilidad. Alocén y Abaldeno faltaron a la cita y pusieron el broche a un partido de altura. Pau, en un acto premonitorio, dijo adiós.