Marc Gasol: «Venir a la selección crea adicción»

-¿Se hace muy larga la concentración?

-No. Intentas pasarlo lo mejor posible, tomándote cada día muy en serio porque sabes que es aquí donde empieza todo. La parte más importante. Obviamente, si luego no se gana, esto no vale para nada, pero tienes muchas más opciones de que todo vaya bien si haces este trabajo inicial lo mejor posible.

-¿Es aquí donde reside la base del éxito?

-Una de las partes, sí, pero hay muchas otras porciones del pastel que influyen en el resultado final. No es sólo esta preparación física o táctica. El trabajo en los amistosos también cuenta y luego hay otros pequeños detalles durante los partidos que pueden echar a perder el objetivo.

-Si mira atrás, a ese debut con la selección del 2006, ¿qué ve?

-Un chico joven. Un chico que no sabía muy bien hacia dónde iba a ir su vida y que a partir de ese momento, poco a poco y con la ayuda de mucha gente, consiguió enderezar el camino, tanto en lo personal como en lo profesional.

«Tenemos la misma esencia e ilusión que cuando ganamos el oro en Japón»-¿Ha cambiado mucho Marc Gasol?

-Sí, por supuesto. En ocho años me han pasado muchísimas cosas. Me parezco poco al Marc de hace ocho años dentro de la cancha. Puedo decir que he sido afortunado en la vida, y espero que todo siga así.

-¿Cambia la forma de ver las cosas el hecho de estar a punto de ser padre por primera vez?

-(Se piensa mucho la respuesta). No creo que sea así. Al menos, no de una manera radical. Está claro que los jugadores somos personas y lo que nos pasa fuera de la cancha, lo que ocurre en la vida, tiene siempre un efecto directo en la pista.

-¿Le recuerda este equipo al de 2006?

-No sé qué decirle. La esencia sí es la misma. La ilusión con la que se afrontan los entrenamientos y el torneo es similar. Creo que cada año es igual en ese sentido. Que el resultado sea mejor o peor lo determinarán muchos factores. El espíritu de superación es lo que define a este equipo y lo que hace que la Selección sea diferente al resto. Cada uno de los jugadores que está aquí, está porque quiere. Nadie le obliga. Coges dos meses de tus «vacaciones» porque te apetece. Porque quieres estar aquí junto a estos compañeros para competir por seguir ganando. El compromiso que tenemos unos con los otros bajo esta camiseta es muy grande. La selección crea adicción y ganar también. Siempre quieres más. Es cierto que cuando acabas la temporada, el cuerpo te pide descansar, pero luego te pica el gusanillo, te sale la vena competitiva y sólo quieres jugar con España y volver a ganar.

«Me enorgullece poder ser un ejemplo para los más jóvenes»-¿Qué significa para Marc Gasol vestir la camiseta de España?

-Jugar aquí es muy difícil. Hay jugadores de primer nivel -pone el ejemplo de San Emeterio- que se han quedado fuera, lo que habla de lo complicado que es estar aquí cada verano. Hay que valorar la oportunidad que tenemos de estar aquí y la mejor forma de hacerlo es dejarse la piel en cada entrenamiento y en cada partido. Sobre todo pensando en todos esos que se han quedado a las puertas de venir y que estarían encantados de poder lucir esta camiseta.

-¿Pesa el hecho de tener un país entero detrás?

-No lo sé. No hay que ir más allá. Lo que nosotros hacemos es baloncesto. Nada más. No tenemos que darnos más importancia. A mí, lo que más me enorgullece es poder dar ejemplo a los niños y a los jóvenes. Para ellos sí que somos un referente y sobre los que tenemos más influencia es sobre ellos.

-¿Piensa en que este puede ser uno de los últimos torneos que comparta con Pau?

-Eso es algo que no sabemos, así que no lo valoro así. Prefiero no pensar en ello y sí hacerlo de manera individual en cada campeonato. Nunca se sabe cuál va a ser el último. ¿Quién me dice que el año que viene no me voy a lesionar y se va a acabar para siempre mi carrera? Por eso, prefiero no ir más allá del día a día. Pensar en el presente y disfrutar este Mundial junto a mi hermano y el resto de mis compañeros. Cuando las cosas van tan rápido como en el baloncesto actual, aprendes a valorarlas en el día a día. Tanto las buenas, como las malas, porque ahí también aprendes cosas.

«No me ocupa nada de tiempo pensar en Francia o Serbia»-Entre esos malos momentos están las dos últimas derrotas importantes ante Serbia en 2010 y Francia el año pasado... ¿Habrá revancha ante ellos en la primera fase del Mundial?

-No lo veo así, porque las derrotas no son los únicos momentos malos. En nuestro día a día hay muchos altibajos. Momentos buenos y malos, más allá de las victorias y las derrotas, que te pueden aportar muchas más cosas que la propia competición. No me importa mucho ahora mismo pensar en Francia o en Serbia. Si quedan lejos los partidos frente a ellos en el Mundial, imagina donde están aquellas derrotas en el Europeo del año pasado o en el Mundial de 2010. No me ocupa nada de tiempo pensar en la primera fase y sí en entrenar lo más duro posible y estar bien con los compañeros. Ir a cenar con ellos, echarnos unas risas y disfrutar de la concentración.