Atlético 6 - Celtic 0
Alegrías al son de Griezmann
Champions League | Jornada 4
Bajo la batuta del galo, el Atlético golea al Celtic, se coloca líder de grupo y se acerca a la clasificación a octavos
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Morata y Griezmann celebran uno de los goles
Son muchas las evidencias que muestran el amor del Metropolitano al jugador que fue perdonado. Quizá se fuera al Barcelona por oro y laureles y, claro, de manera obvia, la hinchada rojiblanca le trató con la desconfianza propia de aquella ex que con su marcha ... dejó un dolor irreparable en el corazón del abandonado; pero ya estabilizada de nuevo su posición como futbolista capital en el Atlético de Madrid, retomados sus votos y en pleno florecimiento del romance, Antoine Griezmann y su infinita calidad son responsables de que el equipo dirigido por Diego Pablo Simeone sea candidato al título de Liga y, tras la plácida victoria ante el Celtic de Glasgow, esté a un paso de regresar a los octavos de final de la Champions League.
Liga de Campeones
Atlético 6 - Celtic 0
- Atlético Oblak; Molina (Azpilicueta, 71), Giménez (Soyuncu, 77), Witsel, Hermoso, Riquelme (Lino, 64); Barrios (Llorente, 46), Koke, Griezmann (Saúl, 64); Correa, Morata
- Celtic Hart; Johnston, Carter-Vickers, Scales, Taylor; Bernardo (Turnbull, 61), McGregor (Iwata, 71), O'Riley (Holm, 46); Palma (Oh, 46), Maeda, Furuhashi (Hyunjun, 61)
- Goles 1-0: min. 6, Griezmann; 2-0: min. 45, Morata; 3-0: min. 60, Griezmann; 4-0: min. 66, Lino; 5-0: min. 76, Morata; 6-0: min. 84, Saúl.
- Árbitro I. Kruzliak. Amonestó a Palma y Soyuncu, y expulsó a Maeda
Antes de que el galo comience su obra, en los primeros instantes de un partido trascendental en el futuro europeo del Atlético, ese monstruo de más de 50.000 cabezas de nombre Metropolitano ruge cuando el balón roza la zurda de su mejor hombre. Simeone, sabio, es consciente de que el Atlético necesita desestabilizar al buen equipo de Brendan Rodgers arrebatándole lo que más necesita para explotar sus virtudes: el balón. Por ello, el argentino introduce a Griezmann en la línea de tres del centro del campo junto a Koke y Pablo Barrios; aglomera a tres hombres de tacto y delicadeza en el lugar del campo donde el fútbol se multiplica. Quizá, tras el baño recibido en Gran Canaria, el recién renovado Simeone haya aprendido que este Atlético es mucho mejor equipo cuando manda y propone, cuando habita en campo rival y destapa su talento.
El delantero francés había desaparecido en Las Palmas, donde bajó a las orillas de la zona de creación en demasiadas ocasiones sin éxito alguno. Pero olvidado aquel viernes negro, Griezmann reclama protagonismo desde el inicio. Pide la pelota, encuentra en ventaja una y otra vez al pletórico Rodrigo Riquelme y llega al área con la creatividad de esos atacantes que convirtieron a este deporte en un arte.
Como consecuencia a su innata superioridad, muy pronto, en el minuto seis recibe un balón rechazado del propio Riquelme y, desde la frontal del área, raso y colocado al poste izquierdo, supera a Joe Hart. Alegría inmensa en el estadio al son de un superlativo Griezmann.
Entretanto, lejos del calor que le transmite Celtic Park, los católicos de Glasgow son un boceto de su versión doméstica. No hay rastro de O'Riley, ese chico de tanta clase que volvió loca a la zaga rojiblanca hace dos semanas. Tampoco aparece en exceso el japonés Maeda hasta el minuto 23, cuando en una patada horrible a la tibia de Mario Hermoso ve la tarjeta roja y destruye los planes de los suyos.
Ante diez hombres heridos y bajo el ruido eufórico de las gargantas presentes en el Metropolitano, el Atlético camina cuesta abajo. Cientos de niños dejan su asiento y acuden a la carrera a las cercanías de Griezmann cuando este saca de esquina; sucede a menudo esta situación porque el Celtic no es capaz de alejarse de los tres palos defendidos por Hart. El segundo gol atlético se intuye cercano y, tras una jugada maradoniana de Riquelme, en el último segundo del primer tiempo, un enorme centro de Griezmann encuentra la cabeza de Giménez, que regala la gloria a Morata en boca de gol. 2-0, partido sentenciado.
Queda un mundo por jugarse, pero la victoria atlética es una evidencia. Sin embargo, aún hay espacio para las cosas bonitas. Porque ante la incredulidad escocesa, el hombre del partido (ya saben quien) decide hacer una media chilena para sellar su doblete. Hace magia Antoine con un golpeo precioso y Simeone le recompensa con el cambio casi inmediato: la ovación de la afición rojiblanca es emocionante. Con la marcha de Griezmann no acaba la algarabía. Ya se encargan de ello Samuel Lino (sustituto del siete) y Morata con dos bellísimos goles por la escuadra, dignos ambos de no ser olvidados pese a su intrascendencia. Finalmente, en el ocaso del duelo, Saúl cierra la goleada. Es feliz el Atlético, suma ocho puntos en el Grupo E, al que lidera, y roza con los dedos el pase a octavos.
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