Horóscopos, toreros, hoteles... Las supersticiones de Simeone

Hace diez años, el Atlético se encaramó a la final de la Europa League, que conquistó ante el Fulham con Quique Flores en el banquillo. Lo hizo después de un partido agónico en Anfield ante el Liverpool, 1-0 en el Calderón y vuelta con prórroga en el estadio inglés (goles de Aquilani y Benayoun) y el Atlético en la lona. Un gol de Forlán, a pase de Reyes, rehizo a los rojiblancos triunfadores en el templo de Anfield Road. El Atlético vestía de negro. Por eso también mañana lo hará.

Como a cualquier supersticioso, a Simeone le cuesta reconocerse en ese papel. Da mala suerte. Pero sus colaboradores y gente cercana, con la que convive y planifica, admiten esa tendencia. « Tiene un álbum de supersticiones », cuenta Óscar «El Profe» Ortega en un reportaje emitido en Movistar +. «Como yo, como todos. En realidad somos todos iguales».

Simeone ha convertido su atrezzo negro en una seña de identidad para el público. «Me gusta», dice él. Nunca el blanco, que su hinchada y él mismo asocian al Real Madrid. Sucede que el Cholo repite traje, camisa, zapatos y corbata hasta que llega una derrota de su equipo. Entonces cambia de prendas pero nunca de color.

El horóscopo y un torero

En la intimidad de su despacho, el técnico suele aplicar un último elemento distintivo para evaluar a sus jugadores. Además de sus cualidades tácticas, técnicas, mentales y demás, el Cholo atiende al horóscopo. Los signos del Zodiaco , la combinación de posiciones astrales, tienen su influencia en los designios del Atlético, según ratifica sonriente en el documental la periodista argentina Verónica Brunati, amiga del entrenador: «Es cierto lo de los horóscopos, es una locura total.Le gusta lo de los signos, cree que influyen en la personalidad del jugador...».

Su padre, Carlos Simeone, fue empleado de Orbis, vendedor de una cadena de productos para el hogar. Corrobora las manías de su hijo. En las finales que disputa el Atlético, el Cholo siempre baja el segundo del autobús. Y da varios pasitos, al estilo Chiquito de la Calzada, antes de entrar en la cancha. Aunque Simeone admitió en una entrevista a ABC que le aterra «caer en la rutina», él suele llamar a su mujer antes de cada encuentro. Toma café antes de emprender un viaje, pero nunca dentro del avión. Y abandona los partidos a la carrera, el primero, por el túnel de vestuarios.

Ha convertido a un torero madrileño en un talismán del equipo. Gonzalo Caballero , quien sufrió dos cornadas pavorosas en Las Ventas, es un hincha del Atlético que ha hecho el paseíllo más de una tarde con el escudo del club en el anverso del capote. Varios futbolistas del primer equipo han acudido a la plaza madrileña a ver torear al diestro. Simeone está convencido de que les da suerte.

Cuestión aparte es el refugio de Los Ángeles de San Rafael . Simeone entra y sale del hotel con campo de entrenamiento segoviano, propiedad de la familia Gil. Allí se concentró el Atlético que conquistó el doblete en 1996, cuando el Cholo era titular con Antic. El entrenador lo recuperó para descanso de su plantilla en recuerdo de aquellos días antes de la final de la Copa del Rey que el Atlético arrebató al Real Madrid en el Bernabéu en 2013. Como el equipo ganó, lo volvió a utilizar en los días previos a la final de la Champions de 2014 en Lisboa. Pero perdió el Atlético y Simeone lo descartó como sede de concentración en la final de la Champions 2016 en Milán. Los ritos han adquirido carta de naturaleza en el Atlético del cholismo.