Antonio Brown, de estrella de la NLF a juguete roto

Considerado como uno de los mejores jugadores ofensivos de fútbol americano durante la pasada década, se estima que Brown (35 años) ingresó a lo largo de su carrera unos 120 millones de dólares, divididos en salarios (en torno a 80 millones) y en patrocinios y publicidad (otros 40 millones de dólares). Sin embargo, debido a sus malas decisiones financieras y un derroche constante de su fortuna, el exreceptor de Steelers, Raiders, New England Patriots y Tampa Bay Buccaneers conserva, un año después de su traumática retirada, tan solo un sexto de sus ganancias, unos 20 millones de dólares, 25 menos que cuando se retiró hace casi dos años.

Lo que para la mayoría de los mortales sería una fortuna, al parecer a Antonio Brown no le da para pagar la manutención de su hija mayor. En concreto, su exmujer le reclama algo más de 30.000 dólares, motivo por el que le denunció el pasado mes de agosto y por el que ha sido detenido este pasado fin de semana.

Antonio Brown aterrizó en la NFL en el año 2010 de la mano de los Pittsburgh Steelers, que lo seleccionaron en la sexta ronda del Draft. A lo largo de las ocho temporadas que militó en el equipo de Pensilvania tuvo ocasión de demostrar su inmenso talento y, de paso, embolsarse una importante cantidad de dinero.

Durante esa época fue seleccionado siete veces para disputar el Pro Bowl, partido de las estrellas de la NFL. En 2014 y 2015 acabó la temporada como líder receptor de la competición. Sin embargo, los problemas acompañaron a Brown durante esta etapa: peleas con otros jugadores de la franquicia, impuntualidad reincidente a la hora de acudir a las reuniones del equipo y entrenamientos…

A pesar de sus buenos números en el campo, los Steelers decidieron darle salida del club debido a su conflictivo comportamiento, enviándole a los Raiders a cambio de dos selecciones para el Draft. Esta salida supuso un punto de inflexión en la carrera de Brown, que no llegó a debutar con su nuevo equipo y cuyo mayor hito allí fue recibir una multa de 54.000 dólares por no acudir a entrenar.

De los Raiders pasó a New England Patriots, conjunto con el que disputó solo un partido oficial ya que fue despedido debido a demandas de violación y conducta sexual inapropiada. Una exentrenadora personal del receptor le acusó de agredirla sexualmente en múltiples ocasiones entre 2017 y 2018. Brown negó los cargos, asegurando que mantuvieron relaciones sexuales consentidas por ambas partes.

Su último equipo fue Tampa Bay Buccaneers, donde se reencontró con el mítico Tom Brady, con quien había coincidido en los Patriots, llegando a conquistar la Super Bowl frente a los Kansas City de Mahomes. Sin embargo, estos buenos resultados no fueron suficientes para calmar el espíritu conflictivo de Brown.

Durante un partido frente a los Jets, Brown abandonó el campo tras quitarse el uniforme y lanzárselo a los aficionados tras enfadarse con el entrenador. Desde el club, viendo el estado psicológico de Brown, le ofrecieron ayuda con su salud mental, pero él se negó, siendo aquel partido su última actuación en la NFL.

Meses después, se vio envuelto en un nuevo escándalo, en esta ocasión de índole sexual, cuando apareció en un vídeo, desnudo, en la piscina de un hotel de Dubai. En dicha filmación, Brown intentó restregar sus nalgas en la cara de otra clienta del hotel que se encontraba en esos momentos en la pileta.

Tras este último incidente, Antonio Brown ha sido puesto en libertad tras pagar una fianza de 15.000 dólares.