Acaba el Mundial de Fukuoka: Australia no tiene rival en la piscina

Sin duda, España ha notado la ausencia de Mireia Belmonte, que no compite desde el pasado mes de octubre, cuando participó en los Mundiales de piscina corta de Berlín. A partir de ese momento, una recaída en su lesión del hombro, la apartó de las siguientes competiciones. La catalana deberá deberá buscar la clasificación para estar en París a partir del próximo año.

El medallero español lo ha engrosado la natación artística. La delegación española se marcha con siete medallas, la mejor actuación de la historia de nuestro país. Iguala el número de preseas de Barcelona 2013, pero en aquella ocasión fueron tres platas y cuatro bronces y esta vez se han logrado tres oros, una plata y tres bronces. Los más destacados han sido Dennis González e Iris Tió, obteniendo tres medallas cada uno. El nadador ha conseguido el oro en solo libre, la plata en dúo mixto técnico con Emma García y el bronce en dúo mixto libre con Mireia Hernández. La barcelonesa formó parte del histórico primer oro en rutina técnica de España y se llevó dos bronces, uno en solo técnico y otro en dúo técnico con Alisa Ozhogina. Además de esas medallas, Fernando del Río fue el primer nadador español en llevarse un oro en solo técnico, una disciplina que se estrenaba en Fukuoka y que por tanto convierte esta presea dorada en histórica.

España ha demostrado también que es una potencia en waterpolo, deporte en el que sus dos equipos han estado en el podio, aunque la mala suerte se ha cebado con ellos. La selección femenina llegó a la final, que disputó ante Países Bajos y perdió en los penaltis. Un lanzamiento de Bea Ortiz al palo frustró el oro para las chicas de Miki Oca. Las neerlandesas no fallaron desde los cinco metros y España tuvo que conformarse con la plata en el décimo aniversario de su primer oro mundial.

Peor suerte corrió la selección masculina, que ganaba de dos goles a falta de dos minutos ante a Hungría en las semifinales. Los chicos de David Martín quedaron eliminados en el último segundo al escurrírsele el balón a Unai Aguirre por debajo del cuerpo en un lanzamiento sobre la bocina de Manhercz. España ganó solventemente a Serbia (6-9) en la final y se consoló con el bronce tras la cruel derrota ante Hungría. Se rehizo la selección tras el varapalo y ajustició a los serbios para conseguir su tercera medalla consecutiva en unos Mundiales tras colgarse la plata en 2029 y el oro en 2022. No era el color esperado pero el tiempo y la perspectiva recordarán que estamos ante uno de los mejores equipos de la historia del waterpolo español.

En piscina larga, la envidia la provocan Australia (14 medallas de oro, 6 de plata y 5 de bronce), Estados Unidos (7 de oro, 20 de plata y 11 de bronce), China (5 de oro, 3 de plata y 8 de bronce) y Francia (4 de oro y dos de bronce). El éxito 'aussie' se debe al potencial de su natación femenina, con Mollie O'Callaghan, Ariarne Titmus y Kaylee McKeown. La pelirroja de Logan City ha conseguido cinco oros, además de confirmarse como la nadadora más rápida del momento al conseguir por primera vez en la historia en una misma edición la victoria en los 100 y en los 200 metros libres. En esta última prueba batió uno de los récords más antiguos que quedaban, el logrado en 2009 por la italiana Federica Pellegrini, con 1:52.98.

También Titmus logró batir un récord del mundo, el de los 400 libre. La nadadora de Launceston se convirtió en la primera mujer en bajar de los 56 segundos en esta prueba, desbancando a la estadounidense Katie Ledecky, que fue segunda. Un tiempo (3:55.38) que tardará mucho en ser batido. En cuanto a McKeown, ha demostrado ser una especialista en la modalidad de espalda tras ganar los 50, los 100 y los 200 metros. La participación de O'Callaghan y Titmus también ha sido clave para el triunfo con récord mundial incluido en los relevos 4x100 y 4x200 libre y 4x100 mixto.

En Estados Unidos ha destacado la participación de Katie Ledecky, campeona en 800 y 1500 metros libres, además de plata en 400. La nadadora de Washington se convirtió en la primera nadadora en ganar seis títulos mundiales consecutivos en una misma prueba (los 800 metros libres), entre hombres y mujeres. Ledecky logró su 16º título mundial individual, el 21º contando las pruebas por equipos. Es la nadadora más laureada en pruebas individuales, superando incluso a Michael Phelps con la presea de oro que ha ganado.

Fukuoka ha encumbrado al chino Haiyang Qin, que ha irrumpido en los Mundiales para ganar el oro en 50m, 100m y 200 metros braza en tiempo récord, lo nunca visto en la historia. Sin marcas anteriores acreditadas, el oficial de la marina, ha batido la plusmarca de los 200 metros que estaba en poder de Zac Stubblety-Cook, que también competía en la prueba y que no pudo seguirle.

También ha nacido un fenómeno en la natación: Leon Marchand, el único nadador capaz de jubilar a Michael Phelps. El francés le arrebató la última plusmarca que le quedaba al Tiburón de Baltimore, la de los 400 estilos. Icónica imagen la del propio Phelps colocándole la medalla de oro y levantándole el brazo, nombrándole su heredero. El galo también ganó los 200 estilos y los 200 mariposa y desde la grada aplaudió el oro de su compañero y compatriota, Maxime Grousset, en los 100 mariposa.

No sería justo no destacar la gesta de Sarah Sjostrom. La sueca venció con autoridad en los 50 metros mariposa y veinte minutos más tarde tuvo que disputar las semifinales de los 50 libre, prueba en la que batió el récord del mundo, superándose a sí misma y al día siguiente ganó el oro. Y hay que enmarcar también las semifinales realizadas por Ruta Meilutyte, oro en 50 braza igualando el récord del mundo en la semifinal y superándolo en la final.

La gran decepción del Mundial ha sido David Popovici, del que se esperaba un dominio absoluto. El nadador rumano se despide de Fukuoka con una sexta plaza en los 100 libre, muy lejos de sus tiempos tanto en esta prueba como en los 200 libre, donde fue cuarto al desfondarse en la última posta.