Un Dakar a las puertas del cielo

Buenos Aires da el banderazo de salida a catorce etapas en las que se recorrerán 9.583 kilómetros, 4.803 de ellos cronometrados , con la meta situada en Rosario, metáfora perfecta del rosario de pilotos que llegarán a la ciudad argentina de uno en uno, durante horas, mientras otro rosario de participantes se quedarán por el camino, esperamos que con el máximo percance de una rotura mecánica y alguna magulladura.

La retirada del trazado de las cuatro jornadas en Perú y Chile, consecuencia de unas condiciones climatológicas muy adversas, ha supuesto que la competición se centre en tres fases que exprimirán a quienes osen llegar a la meta.

La primera será la epopeya boliviana, con frío en las alturas y ese récord de altitud, 4.600 metros. La segunda clave se producirá en el maratón del Día de Reyes y el 7 de enero , donde al final de la primera jornada los coches entrarán en un parque cerrado y no podrán ser revisados por los mecánicos, de manera que los pilotos deberán cuidar mucho sus coches, motos y camiones para salir el 7 sin problemas con el objetivo de cubrir la segunda mitad del maratón. Y la tercera fase decisiva del Dakar se vivirá en las dunas de Fiambalá , con cuatro «fechas», desde la octava a la undécima etapa, en las que la arena y el calor pueden decidir quién ganará y sobre todo quien no triunfará. « Fiambalá puede ser determinante», auguraba Lucas Cruz , copiloto de Sainz, ante los periodistas.

El día D del raid se sufrirá en la décima etapa, Belén-La Rioja. Los coches, las motos y los camiones saldrán mezclados y será los autos los que abrirán ruta sin señales de ruedas que pisar. Tendrán que ser los «carros» (así denominan aquí a los coches) los que marcarán esas huellas para los demás. Los pilotos de coches no están habituados a abrir pista, suelen perseguir las marcas de las motos que han pasado habitualmente con anterioridad, y esa ausencia de «pisadas de dos ruedas» hará muy complicado el día de navegación. La rúbrica del padecimiento se aguantará con los 931 kilómetros que los pilotos deberán cubrir al vislumbrar el penúltimo amanecer del raid, el 15 de enero, desde San Juan a Villa Carlos Paz. Un trayecto destinado a destrozar las ilusiones de quienes se vean ya vencedores .

La navegación volverá a ser muy importante en el rally más famoso del planeta. Muchos pilotos y copilotos se acordarán de la familia de sus amigos Marc Coma, nuevo director deportivo de la prueba, y Tiziano Siviero, que han planificado trazados con trampas por todos los sitios. Hay bromas sobre Marc, que ha sido el mejor cocinero antes que fraile. «Ahora nos las hará pasar canutas», dicen sus excompañeros . En total habrá tres etapas consecutivas en las que se superarán los 3.500 metros de altitud. La primera será ese Día de Reyes. El 7 de enero se alcanzará la plusmarca de los 4.600 metros. Y el 8 se correrá entre los 3.400 y los 4.300 metros de altura sobre el nivel del mar. El descanso del día 10, al llegar a la Salta argentina, se antoja merecido para los supervivientes.

Si los españoles han sido generalmente favoritos en coches y motos, este año esas candidaturas se consolidan con Nani Roma (Mini) y Joan Barreda (Honda) como hombres a seguir.

Roma es el jefe de Mini, el hombre que desarrolla el coche y el candidato a conseguir su segunda victoria sobre cuatro ruedas, tras le celebrada en 2014. Sería la tercera de su vida, vencedor en motos en 2004. Peterhansel (Peugeot), Loeb (Peugeot), De Villiers (Toyota), Carlos Sainz (Peugeot), Cyril Despres (Peugeot), Nasser Al-Attyyah (Mini) y el debutante Hirvonen (Mini) serán los adversarios reales del catalán en la lucha por el primer puesto del podio, situado en Rosario.

La retirada de las motos de Coma, nuevo director deportivo del raid, y de Cyril Despres, que ha saltado a los cuatro neumáticos, ha colocado a Barreda como moto a seguir. Deberá tener mucho cuidado con Paulo Gonçalves, su compañero de Honda, y con la veteranía de Helder Rodrigues, abanderado de Yamaha. Barreda señala a «tres tapados» en la pelea por el triunfo, los hombres de KTM: «Viladoms, Walker y Price».

En camiones son favoritos los rusos Mardeev y Nikolaev , con el distintivo del robusto Kamaz, y el «truck» Iveco del holandés Gerard de Roy.

El raid sudamericano, nacido en 2009, ya se ha impuesto como una tradición que hace olvidar el trayecto africano. Este año habrá 556 competidores de 60 países, variedad de pasaportes que es otra plusmarca del Dakar. Compiten 428 vehículos: 153 motos, 48 quads, 169 coches y 58 camiones.

Los ingresos económicos para los dos países que dan paso a la carrera son importantes. Argentina contabilizará 220 millones de recaudación. Bolivia recibirá 110 millones. El Dakar ya es sudamericano para siempre.

El calor sofocante de La Pampa argentina ha significado que favoritos al título en coches como Nani Roma (Mini), Peterhansel (Peugeot) , Loeb (Peugeot), De Villiers (Toyota), Carlos Sainz (Peugeot), Cyril Despres (Peugeot), Nasser Al-Attiyah (Mini) y el debutante Hirvonen (Mini) se hayan entrenado durante meses haciendo bicicleta en la sauna para acostumbrarse al esfuerzo bajo la presión climatológica más asfixiante, pues habrá muchos días en los que dentro de los coches se soportarán 53 grados de temperatura.

Roma, ganador en 2014, el único español que ha triunfado en motos y coches, fue el precursor de ese entrenamiento bajo calor para soportar con un buen rendimiento físico y total concentración esos trayectos de doscientos kilómetros constantes bajo los tórridos 50 grados de reinado climatológico. Es en esas etapas donde los mareos, como le sucedió a Laia Sanz en motos , o la desconcentración, pueden eliminarles de la prueba. Todos han copiado a «Nani».