Alonso manda en el tapón
Los 24 coches en la pista confieren un tráfico sin precedentes al circuito más reconocible y famoso del campeonato
La Prensa de Mónaco entiende de sobra el civismo que impera en la nación madre, Francia. Un país contrario a la trampa, a cualquier atisbo de pillaje. Lo que en las naciones latinas se justifica o se acepta como parte del paisaje, aquí no se ... tolera bajo ninguna excusa. Nada más llegar al Principado en su polémica vuelta a los ruedos, los medios monegascos han pedido a Schumacher que pida disculpas por su acción antideportiva en 2006, cuando aparcó el coche en La Rascasse para intentar taponar a Fernando Alonso, que buscaba la «pole».
Atascos, Alonso, Schumacher y Mónaco. El tiempo parece detenido en este paraíso de millonarios y sibaritas, el gran premio que ha acudido a todas las citas de la Fórmula 1, año tras año, inoxidable.
Aspirante a sorpresa
En Mónaco ha comenzado mandado Alonso, que suspiraba por ser él la sorpresa con permiso de los Red Bull. Fue el más rápido en las dos sesiones de ayer jueves, la única carrera que celebra sus primeros entrenamientos libres en este día. Hoy, viernes, toca descanso. Alonso marcó tiempos por encima de la catástrofe de tráfico que se anticipaba y que no dejó grandes dramas sobre el estrecho pasaje. Los nuevos equipos (Lotus, Virgin e Hispania) han confeccionado una parrilla exagerada este año para un trazado tan angosto. Veinticuatro monoplazas en lista de espera para hacer la «pole» son demasiados con vistas a mañana.
Las escuderías y los pilotos plantearon la posibilidad de que el primer tramo de la formación de la parrilla (la Q1) se dividiese en dos partes, finalmente descartada. Todos sueñan con los puntos históricos de Mónaco, la subida del Casino, la revuelta de Mirabeau, la curva de Santa Devota, la magnífica panorámica del puerto y los yates a la salida del túnel más famoso del mundo.
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