Carolina Marín, la mejor de Europa

Con un set perfecto ese paso de gigante que faltaba para este deporte sin tradición en España se hacía cada vez más y más pequeño. La muñeca prodigiosa de Marín lograba llevar el volante a lugares imposibles para Madsen, que no encontró salidas ante los buenos golpes de la española. Fina como una aguja y firme para dar velocidad a la pluma, Marín se acercaba punto a punto hacia la gloria. El grito, mezcla de alegría y templanza, cuando logró el punto 21 se escuchó por el pabellón. Tan lejos había llegado, tan cerca de...

Quizá pendiente de que en el libro de historia que estaba escribiendo no hubiera tachones en el segundo parcial le cambió el rostro. Mutaron sus sonrisas por gritos de aliento porque Madsen resurgió. No por nada la danesa tiene a su favor una mayor pasión por el bádminton que la española ha tenido que trabajar desde cero. Y como pionera -junto a Beatriz Corrales y Pablo Abián - sufrió la presión y su rendimiento bajó porque enfrente Madsen levantaba el puño con más firmeza.

Pero Marín lleva en sus piernas y en sus 20 años de vida más calidad que nadie. Campeona de Europa sub 17 y sub 19, subió un decibelio sus gritos de euforia en cada punto. Marcaba territorio y volvió su muñeca mágica, que zarandeó a Madsen de lado a lado de la pista. Fue muy superior la española en la tercera manga y arrinconó a la danesa a solo 8 puntos. Se fue al suelo Marín cuando logró su punto 21. Y sus primeras palabras fueron para el deporte que, por el momento, le ha dado todo y al que ha dado todo: «Este oro es para el bádminton español».