Alonso y el Euskaltel rompen su acuerdo de compraventa

Los asesores de Alonso empezaron a desconfiar al analizar la auditoría que reclamaron al firmar el preacuerdo de compra. Vieron contratos inflados, contabilidad de gran creatividad y una extraña sensación de todo vale en un equipo especial. El Euskaltel siempre fue el conjunto del partido nacionalista y sus vínculos con las instituciones eran estrechos.

La desconfianza creció en el grupo de Alonso al comprobar cómo los dirigentes de la empresa de telefonía pretendían sacar máximo beneficio económico de la venta . Un equipo que estaba presto para el desgüace era ahora un caramelo apetitoso por la intervención de Alonso y su billetera.

Fernando Alonso y su grupo de colaboradores solicitaron ayuda a la Unión Ciclista Internacional (UCI) para utilizar todos los recursos que habían empleado en la puesta en marcha del equipo para hacerlo desde cero, con una escuadra nueva, sin ligazón con Euskaltel. Pero desde la UCI solo llegó un mensaje: era obligatorio que el día 1 de octubre estuvieran todos los contratos en regla y el nombre del patrocinador sobre la mesa.

Según cuentan en la oficina de Alonso, había un patrocinador para los próximos cuatro años y una garnatía financiera probada para los 14 ciclistas con contrato del Euskaltel y los más de diez corredores nuevos que ya se habían comprometido con Kiko García, el manager general del equipo de Alonso, que ahora se queda en suspenso.