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triatlón

El Hércules español

Javier Gómez Noya, que compite bajo su responsabilidad por un enigma cardiaco, ensalza su caché con su tercer Mundial

El Hércules español

J. C. CARABIAS

Hubo un tiempo en que Javier Gómez Noya (Basilea —Suiza—, 30 años) era un deportista atribulado, en permanente conflicto con su futuro. Los médicos del antiguo equipo de gobierno del Consejo Superior de Deportes (CSD) le recomendaban descanso y vida placentera alejada del agua, la ... bici o las zapatillas de footing por una presunta enfermedad coronaria, una valvulopatía aórtica congénita. Le aconsejaron primero y le prohibieron después. No podía competir bajo el amparo de las autoridades deportivas españolas. Perdió su licencia. En el dilema científico, el gallego criado en Ferrol y residente en Pontevedra confió en el criterio de sus asesores médicos. Le indicaban que su aorta nunca le jugaría un trance penoso. El triatleta y el CSD firmaron un acuerdo según el cual Gómez Noya concursa bajo su propia responsabilidad y la de sus médicos, Nicolás Bayón y Steve McKenna. Han pasado ocho años de aquello. El corazón no le ha fallado. Lo atestiguan sus éxitos: ha logrado su tercer título mundial en la disciplina deportiva más exigente, el triatlón (1.500 metros a nado, 40 kilómetros en bicicleta y 10 a pie).

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