LAS VENTAS

La segunda nocturna de Las Ventas no remonta: otra novillada para olvidar

Álvaro de Chinchón da una vuelta al ruedo en el novillo de su presentación en Madrid, mientras Juan Carlos Rey resulta prendido sin consecuencias

Una floja novillada de Guadamilla trunca las ilusiones de los tres novilleros

Inicio de Carlos Domínguez con el segundo PLAZA 1

Alicia P. Velarde

Madrid

La segunda novillada del certamen presentaba un gran ambiente en los tendidos, con mucha juventud y ganas de disfrutar. Sin embargo, y pese a las ganas de los tres novilleros -dos de ellos se presentaban en Las Ventas-, poco se pudo disfrutar. El ... encierro de López Gibaja no tuvo clase, manseó en todos los tercios, y presentó demasiadas teclas -no especialmente buenas-, para novilleros poco placeados.

Salió un primer novillo -casi un torito, como el resto de la novillada-, para Álvaro Sánchez, sin clase y manseando en el caballo. Fue imposible ponerle una segunda vara en el picador que le correspondía, teniendo que hacer la suerte el que hacía puerta. En banderillas prendió feamente a Juan Carlos Rey cuando entró a parear por el pitón izquierdo. Resultaba extraño ver a un subalterno tan seguro pasar por esos momentos de apuro, pero es el riesgo que conlleva el intentara clavar siempre en la cara, con pureza. Milagrosamente, todo quedó en un susto. Todas las complicaciones que tuvo durante la lidia las mostró en la muleta. Al natural, el novillo tuvo guasa, y poco pudo hacer el novillero, que estuvo por encima y digno.

El cuarto recibió dos varas fuertes, aunque necesarias. Igual de descompuesto que los anteriores, comenzó Álvaro Sánchez en los medios, toreando directamente. El novillo, en vez de ir al engaño, fue al novillero y le rompió la banda de la taleguilla, aunque, gracias a Dios, no pasó a mayores. Continuó toreando, aunque el novillo tenía las mismas complicaciones por ambos pitones: no tenía clase, cabeceaba, miraba a tablas y llevaba la cara por las nubes. Dispuesto estuvo el chaval, que se volvió a llevar otro achuchón. Se tiró muy de verdad con la espada, y dejó una buena estocada.

No mejoró mucho el manso segundo. Manseó los dos primeros tercios. Carlos Domínguez comenzó con torería por bajo intentado atemperar y mandar sobre la desordenada embestida de su adversario, pero el novillo desarrolló un feo cabeceo, no decía nada y era muy deslucido. Alargó demasiado la labor el extremeño, y se tiró bien a matar, pero la estocada cayó defectuosa.

Mansito aunque con teclas buenas fue el quinto. Lo bregó muy bien Rafael González, que casi le pegó una buena verónica sacándolo de la segunda vara. Domínguez comenzó de forma explosiva en los medios, de rodillas, y mostró sus buenas maneras en la muleta, aunque fue a menos la faena, al igual que el novillo.

El tercero era muy abanto, complicado de picar y descompuesto en la lidia, aunque metió bien la cara en el capote de Gómez Escorial. Y eso hizo en la muleta: hacía el avión en algunos muletazos, aunque era imposible ligar, porque salía suelto en busca de las tablas. Había que dejarle la muleta en la cara y taparle la salida, y entonces transmitía. Tras el animal, estuvo dando una vuelta al ruedo, casi completa, el novillero, que sacó muletazos de mérito, especialmente con la diestra. Se tiró recto en la suerte suprema, dejando una buena estocada con una ligera travesía, por lo que tardó en caer. Dio una vuelta al ruedo, tras petición.

CERTAMEN DE NOVILLADAS NOCTURNAS

  • Monumental de Las Ventas. Jueves, 4 de julio. Entrada: 9062. Novillos de López Gibaja, sin casta ni clase, pero bien presentada.
  • Álvaro Sánchez, de verde botella y oro. Dos pinchazos y media estocada (silencio). Buena estocada (saludos).
  • Carlos Domínguez, de tacabo y oro. Estocada trasera atravesada y caída (silencio). Estocada (silencio).
  • Álvaro de Chinchón, de azul y oro. Estocada tendida y ligeramente atravesada (vuelta). Dos pinchazos, media y descabello (silencio).

Cerró la tarde un novillo noble, que quedó sin definir los dos primeros tercios. Lo intentó Álvaro de Chinchón, pero al animal le costaba ir al engaño. No tuvo grandes defectos, pero no decía mucho en su embestida, y aquello terminó levantando las protestas en el tendido por la falta de corridas en julio. Según el pliego, antes del 15 de agosto se celebrarían dos corridas más, pero hasta la Virgen de la Paloma no trenzará el paseíllo torero alguno. Las ganas del novillero quedaron silenciadas por el mal uso de la espada.

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